El Taoiseach, o Primer Ministro irlandés, realizó ayer un anuncio sorprendente: con efecto inmediato y por consenso de todos los partidos parlamentarios, la fiesta nacional de Irlanda pasará a celebrarse el 25 de mayo, en conmemoración del histórico referéndum que abrió la puerta a la interrupción del embarazo.
La nueva conmemoración se conoce ya en las calles como Abortion Day. Este cambio puede parecer pequeño, pero muestra con claridad que, en el país isleño, se ha producido un verdadero cambio de época o de paradigma.
“Las muestras de alegría cuando se conocieron los resultados del referéndum fueron tan espontáneas, libres y diversas, aunque no por ello menos preparadas y uniformemente organizadas, que los miembros del Parlamento hemos decidido que había que repetirlas anualmente”, explicó el Taoiseach.
“Mujeres saltando por las calles, con la cara pintarrajeada y vociferando que ya eran libres de verdad y que los hombres eran unos cerdos… De alguna forma, me recordó a nuestros desfiles del Orgullo Gay", reconoció el político. “Hay escenas que quedaron grabadas en mi mente para siempre, como la de una niña de la manifestación, que le cortó la cabeza a su muñeca y dijo, ‘mira, mamá, yo también he abortado’. Confieso que derramé más de una lágrima al verlo”.
El Taoiseach resaltó el carácter pluralista, tolerante y democrático de la nueva festividad. “Nuestra antigua fiesta nacional, el Día de San Patricio era una celebración de estilo antiguo y triste, casi medieval, que nos recordaba todo lo que nos separaba de nuestros hermanos ingleses. Divisiva, podríamos decir”, explicó el Taoiseach. “En cambio, esta nueva celebración es alegre e inclusiva, porque hemos abandonado por fin lo que nos separaba de Inglaterra: nuestra obstinada, irracional y oscura oposición al aborto. Bueno, también nuestro igualmente obstinado, irracional y oscuro catolicismo, por supuesto, pero eso es un tema religioso del que no hace falta que yo hable. ¡El Abortion Day es la fiesta de la unidad, de la compasión, de la maternidad y de la inclusividad! ¡La fiesta de todos!”.
Ante la pregunta de uno de los periodistas sobre el 33% de votantes que se manifestaron en contra del aborto, el Primer Ministro torció el gesto. “Siempre hay algunos que se aferran al pasado y no son inclusivos. Pero tengo que decir que no lo toleraremos. La Irlanda que queremos es una Irlanda para todos y todas, y los que se aferren a la vieja Irlanda no tienen lugar aquí. Ya saben lo que tienen que hacer”, indicó, señalando hacia el puerto de Cork, de donde solían zarpar los barcos que llevaban a los emigrantes irlandeses hacia América.
La declaración de una nueva fiesta nacional lleva aparejada diversas medidas prácticas, que se desarrollarán en los reglamentos correspondientes, siempre en clave multicultural: la sustitución del Patrono de Irlanda, San Patricio, por Quetzalcoal, la serpiente alada de los aztecas; el cambio del color verde esmeralda, emblema de Irlanda, por el rojo-sangre de la nueva festividad y una enmienda constitucional que transforme la invocación a la Trinidad de la Constitución irlandesa por una alusión más moderna y relevante a las raíces druídicas y paganas del país.
En respuesta a la declaración del Primer Ministro, el Arzobispo de Carrowmore, Mons. Woeme O’Paltry, declaró que no quería ofender a nadie, pero que, “considerada desde todos los puntos de vista”, quizá no fuera “una medida completamente democrática”.
InfoCatólica Cavernicola, el 12.06.18 a las 3:01 PM
[ECOS de la CAVERNA 44]