martes, 12 de abril de 2016

“Los enredos sobre el no nacido de Hillary Clinton”


La candidata se lía en su propio discurso por intentar defender lo indefendible.
por  Jaime Septién

Hillary Clinton se perfila como candidata del Partido Demócrata a suceder a su copartidario Barack Obama en la Casa Blanca. Aunque el camino no le será sencillo. Finalmente, la postura de Clinton sobre el aborto –una postura abiertamente a favor de los derechos de decisión de la mujer para abortar a su “producto”—le va a acarrear un sinfín de dolores de cabeza.
La abogada Hillary Rodhman Clinton – con amplia experiencia en la política estadounidense, ya como Primera Dama, ya como Secretaria de Estado — es conocida por su capacidad de improvisar y adecuarse a los públicos; es decir, por su capacidad de transformar el discurso de acuerdo a lo que la gente quiere oír. Pero esa capacidad en ocasiones la traiciona. O la hace ponerse en evidencia.
Por ejemplo, el pasado 3 de abril, en un entrevista con la cadena nacional de televisión le plantó cara a su aliada más conspicua en la carrera hacia la nominación Demócrata a la presidencia: la trasnacional abortista Plannned Parenthood (PP).
A la pregunta expresa del conductor sobre si los derechos constitucionales valen para el ser no nacido, la señora Clinton dijo dos cosas que pusieron a temblar a PP y a todos sus seguidores: que el no nacido era una “persona” y que la mujer embarazada era su “madre”.
Y es que, constitucionalmente, si se reconoce al no nacido como “persona”, entonces deben ser reconocidos en plenitud todos sus derechos –como los de cualquiera otra persona, como los de la precandidata misma—y si se habla de una “madre”, se está hablando, por añadidura, de un hijo. Es decir, no de un “conjunto de tejidos”, como lo quiere hacer pasar PP, sino de un ser humano completo.
“Actualmente, según nuestras leyes, eso es algo que no existe. La persona no nacida, no tiene derechos constitucionales”, le contestó Hillary Clinton al conductor de la NBC. Ese “algo” que no existe es el niño no nacido. Pero, si a “eso” se refiere como “persona”, entonces “eso” es “alguien”. Y, por tanto, existe. Y, también tiene derechos constitucionales.
Son los típicos enredos de la defensa de una causa humanamente indefendible. Después de todo, Hillary jamás pensó que su hija Chelsea –cuando estaba en su seno—hubiera sido “eso”.

Aleteia (11/4/16)