sábado, 19 de diciembre de 2015

Homosexualidad: Diario de un adolescente.

 por Elena Lorenzo Rego   
Abrimos la primera página del cuaderno de terapia de un adolescente.
Os presento a Álvaro, un chico de 16 años.

Un día recibí un mail donde me decía que no se sentía bien al aceptar ser "gay" y quería luchar; así se presentó.
Le dije que siendo menor de edad no podría atenderle y le recomendaba que lo hablase con sus padres. Le costó dar el paso, pero lo hizo. Sus padres me llamaron por teléfono y vinieron a verme.
Todo lo demás nos lo irá contando Alvaro a través de las páginas de su cuaderno.
Primera página del cuaderno
Hola a todos. Me llamo Álvaro, soy un chico de 16 años que vive en España, a pesar de no haber nacido aquí. Siendo muy pequeño, con apenas 3 años tuve que venirme.
Soy alguien bastante extrovertido, al que le gusta relacionarse con gente y probar cosas nuevas pero, paradójicamente, también me asustan bastante los retos y las nuevas experiencias, por eso ha sido todo un logro que decidiese comenzar con esta terapia.
Para poneros en situación, tenéis que saber que antes de comenzar toda esta "aventura", porque al final es una aventura en la que te acabas descubriendo a ti mismo, el sentimiento de ser diferente a causa de la homosexualidad era una de las cosa que más me preocupaban. Mucha gente dice que los jóvenes no tenemos problemas serios, pero siento decir que no es cierto. De hecho, es ahora, en la adolescencia cuando se empiezan a labrar esos grandes problemas. En mi caso, es la homosexualidad, y digo es porque estoy en proceso de superarlo.
Llevo seis meses acudiendo a terapia y he de decir que es un alivio poder hablar con alguien abiertamente y sin temor a ser juzgado y expresar lo que realmente sientes.
Al principio en mi periodo de colegio no puedo decir que me sintiera "gay",  mi esfuerzo se concentraba únicamente en sobresalir en clase además yo no manifesté ningún síntoma de AMS (Atracción al mismo sexo). Ya en el instituto, fue cuando empecé a notar que no era tan varonil como el resto, sin ser afeminado… pero era mucho más sensible a todo.
Cuando realmente empecé a notar atracción hacia los chicos, me asusté mucho sinceramente.
No quería ser diferente, pero por otra parte siempre oía que no pasaba nada y que era normal, así que decidí probar y di el paso; tuve relaciones (bueno, a ver, técnicamente no fueron relaciones muy íntimas pero algo hubo). No os voy a mentir, me gustó, pero algo me decía que estaba mal y me sentía vacío.
Ahí comenzó una espiral interminable sobre si estaba bien o no, no me aclaraba…esto me llevo a una profunda depresión.
Traté de apartarme un poco de todo lo que me relacionaba y me recordaba la homosexualidad. Reprimía mis sentimientos hasta que, como una olla exprés, todo me saltó en la cara y esta vez, peor que antes.
Me empecé a fijar en un chico que realmente me atraía y fue entonces cuando, sin saber muy bien por qué pero con la necesidad de tener a alguien que me ayudara a manejar todo lo que sentía, me puse a buscar y encontré a Elena, contacté con ella.
Me encantaría decir que ha sido un trabajo fácil y que todo es de color de rosa pero os estaría mintiendo, la atracción no desaparece de un día para otro, además, las raíces son muy profundas y mecanizamos métodos de escape de la realidad como la pornografía o la masturbación, que son obstáculos que realmente hay que superar y no es nada fácil, pero sí,  es posible.
Tras esta pequeña presentación, en próximas páginas os iré contando sobre mi familia, mis experiencias, mis luchas, mis avances, como he dicho antes, esta aventura que creo que merece la pena vivir…

Si quieres conocer más la AMS no deseada y la terapia de cambio, visita: LoSé  

PortaLuz 19 dic  2015