lunes, 20 de octubre de 2014

La ideologización de la educación sexual en la Argentina.



La ideologización de la educación en Argentina a través de los materiales de educación sexual.
Desde el año 2006, la Argentina ha asistido a la sanción de algunas leyes a nivel nacional, que parecieran afectar el ejercicio mismo del derecho constitucional de los padres a educar a sus hijos.
Incluso numerosos establecimientos docentes han manifestado su preocupación frente a un avance ideológico impensable hace algunos años, pero que hoy se impone como si fuera natural en medios de comunicación y debates políticos.
Ley 26150, de educación sexual integral (ESI): sancionada a fines del año 2006, establece la obligatoriedad de impartir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos, tanto de gestión estatal como privada, desde el nivel inicial hasta el terciario. Posteriores documentos emanados del Ministerio de Educación de la Nación sientan la obligación de transversalizar la ESI, y dejan como opcional el establecimiento de un espacio curricular específico en el nivel secundario. Poco tiempo después de la sanción de esta ley, los Lineamientos curriculares para la educación sexual integral del Ministerio de Educación de la Nación establecen la transversalidad de la ESI. Si bien discretamente, el material del Ministerio introduce la ideología de género y se refiere al preservativo como el único método confiable de prevención del VIH.
En el 2010 los “Cuadernos ESI”,yendo más allá de lo que la ley de educación sexual prescribe y dirigidos a los docentes, introducen de pleno la ideología de género, así como la transmisión supuestamente obligada de conceptos que ofenden el pudor de alumnos y docentes, y que tienen claramente a un adoctrinamiento de los niños en torno a la confusión de los roles sexuales, a la descalificación de la moral como orientadora de conductas y a inculcar la desconfianza del mundo adulto, incluidos los padres y docentes. Su valor agregado es que traen las clases planteadas al docente, ya organizadas de modo transversal a todos los ciclos y áreas temáticas. Se asume allí a la sexualidad como una construcción y se sostiene que los roles de varones y mujeres en la sociedad deben ser cuestionados desde el nivel educativo inicial. Se difunde una noción equívoca e ideologizada de “discriminación”, sin diferenciar situaciones de diversa naturaleza.
Un año después (2011), la revista “Para charlar en familia”, financiada con un aporte del Fondo de las Naciones Unidas  para la Población, dirigida a los padres y distribuida masivamente a través de los alumnos, incluye diversos conceptos que, por otra parte, atraviesan transversalmente toda la revista con una visión parcial e ideologizada, cuando no directamente falsa. Algunos puntos abordados en la publicación objeto de esta nota son: “cuando los niños y las niñas se tocan las partes íntimas”, “la masturbación, “las relaciones sexuales”, “el embarazo en la adolescencia, “las falsas creencias sobre la sexualidad”, “los métodos anticonceptivos”, “la diversidad sexual”. La revista se enmarca en una línea educativa que impone un modelo de sexualidad sin modelos, y se afirma que la homosexualidad “es una manera de vivir la sexualidad. Al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad no es una elección. Es decir, las personas no deciden ser homosexuales o heterosexuales (…). Hay parejas formadas por una mujer o un varón, parejas formadas por dos mujeres y parejas formadas por dos varones, y eso no tiene nada de malo (…). Todos los días, muchas personas son discriminadas por vivir su sexualidad tal como la sienten. Las personas travestis, por ejemplo, que se visten de manera distinta a la habitual de su sexo biológico, son discriminadas de múltiples maneras (…). Esas conductas discriminatorias hacen daño y van en contra de los derechos que hemos conquistado como sociedad” (página 36). Los autores de la revista insisten repetidas veces en que el preservativo es el único medio de prevenir las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados, sin siquiera sugerir la posibilidad de la abstinencia y las relaciones sexuales en el marco de un matrimonio fiel y estable.
“Somos iguales y diferentes”, producción del Ministerio de Educación que pretende combatir la discriminación en el aula, explicita una visión peyorativa que atribuye una intención de dominación a categorías de personas, entre las cuales la más claramente denominada es aquella que ostenta las características de ser “varón, blanco, instruido, joven, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible” (página 10). Así, el texto niega rotundamente (página 14) la posibilidad de que alguien que sea varón, blanco, instruido, joven, pudiente, heterosexual, cristiano y sin discapacidad visible pueda ser bajo ningún concepto objeto de discriminación.
De esta manera, la República Argentina tiene hipotecado al menos el futuro de las niñas y niñas que asisten a la escuela pública, los cuales crecerán formateados por una ideología que nada tiene que ver con los valores de la familia y el orden natural.


24/06/2014

Observatorio Internacional de Políticas Públicas y Familia.