Pablo Martínez fue detenido en abril y condenado a 55 años de cárcel; buscaba mantener en secreto su matrimonio con Beatriz.
por Ignacio Alzaga.
Ciudad de México • Entre la lectura de libros que tenía su padre, un criminólogo y catedrático del Politécnico, y las series policiacas que veía en televisión, Pablo Martínez Celis, de 19 años, maquinó la forma de asesinar a su esposa, Beatriz Adriana Lara, de 21, con quien se casó en secreto.
La joven quedó embarazada y él intentó convencerla de que abortara; al no conseguirlo, perpetró el crimen en abril pasado, en una casa de Tecámac, según la carpeta de investigación 241970550049712 que abrió la procuraduría del Estado de México.
Según la indagatoria de la Fiscalía Especializada de Feminicidios, el joven supuso que era “fácil” cometer el asesinato asfixiándola con sus brazos y diseñó un plan para que el homicidio se realizara en Tecámac, no en Ecatepec, donde ambos vivían por separado pese a estar casados.
Pablo estudiaba la preparatoria y trabajaba ocasionalmente como mesero. Conoció a Beatriz, empleada de una tortillería, en 2010. Se hicieron novios y en mayo de 2011 se casaron en secreto por la vía civil, aunque nada cambió: Pablo vivía solo con su padre y ella en la casa de su mamá.
En febrero de 2012 la joven se realizó una prueba casera de embarazo y resultó positiva; se lo contó a su esposo, quien no descartó la posibilidad de un error y la llevó a un laboratorio. El resultado fue el mismo.
Pablo le dijo entonces (varias veces) que un bebé truncaría el “futuro” de ambos y le propuso abortar. De nada sirvió su insistencia. Al final aparentó que respetaba la decisión de su esposa.
De acuerdo con la fiscalía, Martínez Celis trató de ganarse la confianza de Beatriz y sus familiares para evitar que las sospechas recayeran en él. Ya había elaborado el plan del que hizo copartícipe a su amigo José Alexis García Dávila, de 26.
Recurrió también a Gabriela, su hermana de 15 años, para que el crimen se cometiera en casa de Alejandra, su otra hermana, en Héroes Tecámac, aunque ésta última no sabía nada.
La adolescente sacó un duplicado de llaves de ese domicilio. El día elegido, Gabriela convenció a Alejandra de que llevara a sus dos pequeños hijos al cine.
Con el apoyo de José Alexis, contactaron a Alan “N”, a quien solo le dijeron que necesitaban su automóvil para transportar una maleta y que le darían 200 pesos por la gasolina.
Citó a su esposa en la estación Río de los Remedios, del Metro, y se dirigieron al domicilio elegido. Ahí insistió en el aborto; la respuesta fue otra vez no. Entonces intentó matarla, pero la joven opuso resistencia.
Afuera esperaban José Alexis y Alan. El primero entró a la casa y ayudó a matar a Beatriz; Alan dijo que no participaría, pero fue amenazado y ayudó a sacar el cuerpo en una maleta.
En el trayecto a Ecatepec tiraron las pertenencias de la víctima, cuyo cuerpo apareció embolsado el 18 de abril en un baldío. El 19 de abril Pablo acompañó a su suegra a denunciar la desaparición; en todo momento fingió estar angustiado. Luego de las pesquisas, la procuraduría consignó al joven, quien fue condenado a 55 años de cárcel.
Este es uno de los 24 feminicidios que ha indagado la Procuraduría General de Justicia del Estado de México en lo que va del año, de los cuales ha logrado resolver 20, según de la dependencia.
Fuente: Milenio (ciudad de México) 11 de junio de 2012