El pasado viernes 27 de Abril la Ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Ana Jara, afirmó públicamente que tuvo que “acceder” a apoyar el llamado protocolo de Aborto Terapéutico por “tratar de guardar el equilibrio político”.
Esto sucedió en el FORUM, titulado “Responsabilidad Social de la Familia” organizado por la Unión de Iglesias Cristianas Evangélicas del Perú, UNICEP.
En su discurso ante UNICEP ella misma intentó dar una explicación y dijo textualmente: “lamentablemente en la política uno tiene que tratar de guardar el equilibrio y en algunas cosas que a veces, un hermano en Cristo no lo entenderá, hay que acceder”.
Jara se estaba refiriendo a la posición favorable a la elaboración de un protocolo de aborto terapéutico que el Ministerio de la Mujer había enviado al Ministerio de Salud. Y dice en buen castellano que le pareció un buen negocio “acceder” a apoyar el aborto para limpiar su imagen de “extremista evangélica” o “fanática religiosa” por una de más “tolerante” y “concertadora”. Vidas de niños inocentes a cambio de una mejor imagen política. Totalmente impresentable.
Este encuentro de la ministra Jara y la comunidad evangélica no la tomó por sorpresa. Se daba en un ambiente un poco tenso. Algunas opiniones bastante cuestionables de la “hermana” Jara a favor del protocolo de aborto terapéutico y el equipo pro abortista que viene trabajando con ella han provocado que un significativo sector de la iglesia evangélica no vea bien esta posición de la Ministra, pues es evidente que esa no debería ser la postura de alguien que se dice ser cristiana.
Y contrariamente a sus deseos, esta posición pro aborto de la Ministra está minando fuertemente su credibilidad. Ya no son pocos quienes vienen percatándose que la Ministra es una más de esos funcionarios públicos que se olvidan de sus valores y principios, y anteponen su imagen pública y su carrera política.
Manipulación con argumentos abortistas conocidos
La ministra Jara hizo de su ponencia un discurso político – religioso, algo que por cierto maneja muy bien. Hasta al momento parece haberle funcionado para disuadir a parte de la comunidad evangélica que todavía quiere ver en ella a la “primera ministra evangélica” y cierra sus oídos cuando ha hablado a favor del aborto. Y a los que no ha podido disuadir, los encara, llegando por momentos a victimizarse, como sucedió al momento de referirse a los cuestionamientos de una web cristiana. Al respecto dijo que era excesivo pedirle como obligación que “si el asumir la cartera (ella) debiera cambiar todo la legislación a favor del cristianismo evangélico”. Argumento que parece haber salido de su cantera de asesoras feministas pues todo grupo abortista ataca las propuestas de políticas públicas a favor de la vida, como si fuesen exclusivamente exigencias de carácter religioso y no de un derecho fundamental de todo ser humano.
Pero más allá de las justificaciones y las tensiones de la ministra con la comunidad evangélica, Jara dijo que los cuestionamientos a su opinión favorable al Protocolo de Aborto Terapéutico vienen de un “reducido sector polarizado” de la iglesia evangélica. Esta es otra táctica muy conocida de grupos abortistas: calificar de minoría radical a cualquier opositor y negar todas las encuestas que muestras que más de 80% de peruanos rechazamos el aborto en todas sus formas.
La Ministra Jara apoya el protocolo de aborto en solitario
La Ministra Jara intenta hacer creer que la aprobación del protocolo de aborto terapéutico es algo inevitable. Ya son más de 10 años que la coalición abortista peruana ha fracasado en este empeño. Y actualmente el Ministro de salud ya expresó su rechazo al aborto como política de su sector y el Ministro de Justicia ha demostrado no apoyar la norma. En verdad la única que sigue impulsando el tema es la Ministra Jara tratando de desinformar a la comunidad evangélica.
La verdad es que Ana Jara accedió a dar una posición favorable, a pesar que ella misma sabe que el protocolo es una excusa promovida por ongs feministas radicales bajo el vejo argumento que hay algunas circunstancias en que la vida o la salud de la madre pueden justificar que se pueda matar a un niño por nacer. Esta situación pertenece a un pasado, aún en un país como el Perú, porque ahora todas las circunstancias de emergencias pueden ser manejadas de alguna manera en que la única forma en que se muera un niño es porque realmente no se le pudo salvar. La Ministra evangélica parece no entender que existe una diferencia muy grande entre lo que es un aborto y que se muera un niño en el acto de salvarlo.
Es muy triste ver a la ministra tratando de limpiar su imagen negociando el tema del aborto con un sector radical, que creemos ejerce mucha presión desde dentro de su sector. Dando el beneficio de la duda, si la Ministra evangélica es por vida, lo inexplicable es porque mantiene a quienes la presionan. Muy a pesar que en el tema de familia la ministra pueda lograr cosas positivas, creemos firmemente que el derecho a la vida No es negociable. Pensar que es “astuto” mostrarse favorable con este tema para sacarse a las feministas de encima, es un error que puede costar la vida de muchos niños inocentes.
Hay que resaltar que este es un hecho vergonzoso viniendo de alguien que se proclama así misma como “provida” y en el colmo del descaro trata liberarse de responsabilidad, poniendo a la Voluntad Dios como la que permita que esto salga o no, cuando ella misma ha contribuido para que esto se de: “…Será la voluntad de Dios que lo permita o no lo permita, ninguno de nosotros está por encima del Señor y lo tengo muy claro, pero no está bajo mi rectoría”.
Creemos que más de un pastor evangélico al ver la actitud de la “hermana” Ana Jara no dejará de pensar en la cita bíblica del Apocalipsis: “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.
Population Research Institute Iberoamérica. Lunes, 07 de mayo, 2012