jueves, 13 de octubre de 2011

A pesar de la victoria reciente, México se encuentra al borde del precipicio de la legalización del aborto

por Matthew Cullinan Hoffman
La semana pasada, durante un votación tensa que trajo a México al borde del precipicio de contar con su propio Roe v. Wade, el país, por un escaso margen, esquivó un veredicto con que se hubiesen aniquilado 18 enmiendas constitucionales estatales del derecho a la vida, y que se hubiese declarado que la matanza de los concebidos es un “derecho humano”.

Con las votaciones asumidas el 29 y el 30 de septiembre, la Suprema Corte declinó derogar las enmiendas constitucionales en los estados de Baja California y de San Luis Potosí, con que se protege el derecho a la vida desde el momento de la concepción.

La decisión fue recibida con alivio y júbilo por los grupos pro-vida y los activistas de derechos humanos, quienes temían lo peor, luego de un veredicto propuesto por el ministro Fernando Franco, quien postuló que los niños concebidos no son personas, y de que el derecho a la vida interfiere con la “dignidad” de las mujeres. La aprobación del veredicto hubiese significado que las protecciones para el concebido llegaron a su fin, entronizando así la retórica pro-aborto en la jurisprudencia constitucional mexicana.

Sin embargo, la estrechez de la victoria, que coloca a la corte al borde de la legalización del aborto, constituye solamente una señal más de que el grupo internacional de cabildeo a favor del aborto, está ganando la batalla política, legal, y cultural, para legitimar la práctica del aborto en México, la nación de habla hispana más grande en el mundo.

Aunque la Suprema Corte fracasó en derogar dos de las enmiendas constitucionales estatales, la victoria fue obtenida por un solo voto, con una fuerte mayoría de los ministros que favorecían el veredicto opuesto.

La constitución de México requiere de una súper mayoría de ocho de los once ministros, para la derogación de una enmienda constitucional estatal. Siete de los once ministros favorecieron hacerlo, y solamente una minoría de cuatro evitó que ello sucediera.

Tal como la ministra Olga Sánchez Cordero, una entre los siete que apoyaron el aborto como un “derecho”, observó durante una entrevista concedida, seguido de la votación, nada ha quedado resuelto finalmente con la decisión.

Aunque Sánchez Cordero admite que todas las leyes cuentan con una presunción de constitucionalidad, ella comentó que la corte no había arribado a una decisión definitiva sobre las enmiendas estatales pro-vida. Tal decisión requeriría de una mayoría de ocho miembros.

“Esto no se ha acabado hasta que se acaba”, le dijo Sánchez Cordero al entrevistador radial, añadiendo que las mujeres todavía podrían tener recurso ante las cortes si ellas desean tener abortos.

Una derrota estrecha oculta una clara victoria para los propulsores del aborto

A pesar de que la votación de la Suprema Corte fue una derrota basada en un tecnicismo, ello representó un cambio masivo dentro del tribunal, pasado solamente tres años después de haber sostenido, con una mayoría sólida, que los estados tenían el derecho de tomar sus propias decisiones en cuanto a la legalidad del aborto. Pero en sólo dos años, la corte se ha movido de una mayoría de 7 a 4 a favor de que se permita a los estados prohibir el aborto, a una mayoría de 7 a 4 en contra de la misma, sin dejar un margen de seguridad para los derechos del concebido.

En 2009, cuando la corte emitió su decisión en la que aceptaba la constitucionalidad de la ley de aborto de Ciudad de México, que legalizó el aborto por petición durante las primeras doce semanas de embarazo, solamente cuatro de los ministros buscaban proclamar el aborto como un “derecho humano”. Otros cuatro que aceptaron la constitucionalidad de la ley rechazaron tal conclusión, dejando el asunto en manos de los estados. A ellos se les unieron tres ministros que entendían que la ley de Ciudad de México era inconstitucional. Hoy, la situación es completamente a la inversa.

Otra señal del momento que disfruta el movimiento pro-aborto en México, una que ha sido pasada por alto durante el drama de la decisión de la Suprema Corte, fue una votación distinta sobre el derecho a la vida que tuvo lugar en el Congreso Nacional.

El pasado 27 de septiembre, el presidente mexicano Felipe Calderón intentó que se aprobara una medida legislativa con que se hubiese afirmado, de modo más firme, el derecho a la vida desde la concepción, tal como lo expresa la Convención Americana de Derechos Humanos.

Aunque el Partido Revolucionario Institucional/PRI, el partido político más grande en México, ha apoyado, en muchos casos, las enmiendas a favor del derecho a la vida a nivel estatal, sus representantes nacionales han rehusado votar a favor de la propuesta, tal como lo hizo el socialista Partido de la Revolución Democrática/PRD y el Partido del Trabajo/PT.

Solamente el Partido de Acción Nacional/PAN de Calderón, votó a favor de la medida. Se anticipa grandemente que el PAN, que ya es una minoría en el Congreso Nacional, habrá de perder el ejecutivo en las elecciones presidenciales de 2012, al candidato estrella del PRI, Peño Nieta. Aunque Nieta alega ser pro-vida, él se enfrentará a un partido que está gradualmente siendo dominado por el movimiento pro-aborto a nivel nacional, y podría encontrarse con serias dificultades con el nombramiento de los reemplazos al pequeñísimo bloque pro-vida en la Suprema Corte.

Los pro-abortistas en la defensiva, los pro-vida en retirada

Además de estar haciendo entrada firme dentro del sistema de los partidos políticos y del sistema legal de la nación, el grupo de cabildeo a favor del aborto ha tomado la iniciativa en los medios de comunicación de la nación.

Durante el año pasado, las fuerzas pro-aborto lograron asegurar que seis mujeres fueran dejadas en libertad en el estado de Guanajuato, quienes habían sido declaradas culpables por infanticidio. Aunque todas estas mujeres habían matado a sus niños luego de dar a luz al final del embarazo, los medios de comunicación de la nación cooperaron en describir las muertes de sus niños como “abortos”, insinuando que las mujeres habían tenido abortos espontáneos. El gobernador del estado, miembro del PAN, Juan Manuel Oliva, finalmente permitió que todas quedaran libres, debido a la inexorable presión de los titulares negativos. La respuesta de las organizaciones pro-vida fue débil y apagada.

Una batería constante en la prensa de la nación, vilipendiando las leyes que penalizan el aborto, ha creado un consenso casi absoluto a favor de la despenalización del mortal procedimiento, por lo menos en cuanto a las propias madres. Recientemente, la ostensible pro-vida PAN, anunció su propia política pública en oponerse a las penalidades para las mujeres que abortan, sin cualificación alguna.

La confiada y agresiva campaña de los grupos pro-aborto en México, ha creado como resultado, un creciente sentido de derrotismo entre los activistas pro-vida, quienes temen levantar su voz en contra de la retórica de sus oponentes y de la filosofía “pro-derecho a escoger” que acentúa su agenda.

Incluso algunos grupos pro-vida han comenzado a conceder el “derecho” al aborto en los casos de violación y de incesto, y de estar de acuerdo con la despenalización del aborto en todos los casos, excepto en aquellos donde hubo el uso de fuerza, aún eximiendo a los médicos de tales penalidades. Al hacer tales concesiones, ellos esperan poder apaciguar las preocupaciones de aquellos jueces que, de otra manera, hubiesen votado en contra de las constituciones estatales pro-vida, lo que sugiere que las enmiendas no ofrecen una amenaza real a la agenda pro-aborto.

Aunque tales movidas podrían tener un atractivo superficial como una táctica a corto plazo, ello es señal de una fracasada confianza en los principios del movimiento pro-vida, y anuncian la victoria inminente de de las fuerzas pro-aborto en México. Al conceder a las premisas del movimiento pro-aborto en el país, para así lograr una victoria a corto plazo, los grupos pro-vida están mostrando una desesperación que solamente los habrá de llevar hacia una capitulación completa en los años venideros.

Signos de esperanza

Aunque los mexicanos están perdiendo la batalla a nivel político y cultural, aún quedan unas señales de vida, fuertes y crecientes, en cuanto al movimiento para lograr la protección del concebido.

Un creciente número de científicos, juristas, y otros expertos pro-vida, están hablando públicamente en los medios de comunicación de la nación, que, en años recientes, se ha ido mostrando más receptiva a escuchar su mensaje, debido a los prudentes esfuerzos publicitarios. Las alegaciones científicas y jurídicas, a menudo dudosas, hechas por los propulsores del aborto y por sus aliados, que son publicadas por medio de la imprenta, de la radio, y de la televisión, están siendo contestadas por expertos de la misma talla, lo que deja injustificada la noción de que la posición pro-vida está confinada a las particulares religiones confesionales.

A la vez que se escuchan nuevas voces a favor del derecho a la vida en los medios de comunicación de la nación, hay otras organizaciones que están llevando a cabo una labor silenciosa para salvar al concebido, rescatando a miles de niños del cuchillo del abortista cada año en Ciudad de México y en todo el país. Las unidades móviles con equipos de ultrasonido se detienen afuera de cada clínica de aborto pública, listos para ofrecerles a las mujeres la información que necesitan para optar por la vida para su niños concebidos. Hay otras organizaciones que le ofrecen a las mujeres embarazadas, aquellos refugios y recursos para encontrar empleo, facilitándoles la adopción de sus hijos si fuese necesario. Incluso hay otras organizaciones que preparan congresos y distribuyen información al público, y les ofrecen consejería a las mujeres que sufren del trauma post-aborto.

Los oficiales de la Iglesia Católica también están aumentando sus esfuerzos, hablando de modo más enérgico a favor del derecho a la vida, y organizando comités parroquiales para traer el mensaje de “la cultura de la vida” a los fieles a nivel local.

Si los mexicanos habrán de proteger a sus niños de la arremetida del grupo cabildero del aborto a nivel internacional, tales esfuerzos tienen que ir acompañados de una fuerte adherencia a los principios, al igual que a una presentación prudente sobre la posición pro-vida. Los católicos necesitan formar más alianzas con grupos religiosos que no son católicos, y aumentar el envolvimiento de las personas y los movimientos de laicos. También deben de buscar nuevas formas de dar a conocer su mensaje, esto es, de que el derecho a la vida es fundamental, universal, y de que no es negociable.

10 de octubre 2011 (Notifam) – 

Versión del original en inglés:

http://www.lifesitenews.com/news/despite-recent-victory-mexico-hanging-on-the-precipice-of-abortion-legaliza

Traducción del inglés por: Marlene Gillette-Ibern