sábado, 8 de octubre de 2011

El Señor recuerda

por John-Henry Westen
Mi esposa Dianne y fuimos bendecidos con la visión de nuestro octavo hijo vivo, el 14 de septiembre, en la fiesta católica de la Exaltación de la Santa Cruz. Y para nosotros esto es verdaderamente un triunfo de la cruz. La cruz, en especial para mi esposa, ha sido la pérdida de tres hijos sucesivos por aborto involuntario.

La pérdida fue la más dolorosa desde que nos enteramos de la pérdida de cada uno de los tres niños en días especiales.

El primer niño que murió, Stefano Samuel Thomas, se perdió en el cumpleaños de Dianne hace cinco años. Fue muy triste perder esta bendición para nuestra familia el día en que normalmente se reciben regalos.

Nos enteramos de la muerte del segundo hijo que perdimos – Bernadette Helena Rose – otro día cuando los regalos se reciben en lugar de quitarlos… nuestro 16º aniversario de boda.

Del mismo modo, nos enteramos de la muerte del tercer hijo en el vientre materno – Jessie Marion Emmanuel – el día de Nochebuena, cuando nuestra familia normalmente celebra Navidad y los regalos. Una semana más tarde, en el día de Año Nuevo, mi esposa le pidió a Dios que en un año ella querría daría a luz a otro niño, y que este niño debía vivir.

Un año más tarde nos encontramos como anfitriones en una fiesta de Año Nuevo. Seis parejas, algunos de nuestros amigos más cercanos, estaban allí con nosotros para celebrar el amanecer de un nuevo año. En esa fiesta, cinco de las mujeres estaban recién embarazadas, y sin saber yo que esa era una carga muy pesada para mi esposa.

Ella me dice ahora que cuando observó este hecho – que la mayoría de sus amigas más cercanas estaban esperando familia – se excusó para ir al baño a llorar. “¡Olvidaste a alguien, Señor!, rezó ella en silencio a través de sus lágrimas. “Le has dado el don de la vida a todas esas hermosas hijas tuyas allí, pero te olvidaste de una, me olvidaste”.

Unas semanas más tarde nos enteramos que Dianne también estaba encinta. Y aunque no lo sabíamos en ese momento, ella estaba embarazada en ese misma fiesta de las vísperas de Año Nuevo. Resultó entonces que Dios no la había olvidado después de todo.

Después de haber padecido tres abortos involuntarios seguidos, no revelamos el secreto en seguida, pero con siete hijos la alegría de este tipo de noticias no puede mantenerse oculta por mucho tiempo.

Con un poco de miedo les contamos a nuestros hijos las buenas noticias, incorporando sus fervientes oraciones para pedir la supervivencia de su nuevo hermano. La primera ecografía mostró que todo iba muy bien. Las siguientes mostraron lo mismo, revelando que el bebé era un niño.

Una vez que pasó el primer trimestre se nos ocurrió la necesidad de un nombre. Como se puede ver, tenemos cinco niños hasta el momento y una tradición familiar de asignar tres nombres para un niño. Durante algún tiempo tiramos ideas y finalmente nos decidimos por Zachary, o si le preguntas a mi esposa de Zacarías. Me gustaba la versión inglesa de Zachary, y a ella la versión hebrea de Zacarías. Hemos bromeado ida y vuelta durante muchas semanas.

Y aquí es donde nuestra historia se vuelve ciertamente muy interesante. Uno de las amigas íntimas de Dianne, una de las mujeres que estaba embarazada en nuestra fiesta de fin de Año Nuevo y ahora tiene la alegría de tener en brazos a su recién nacido, llamó a mi esposa para transmitirle un extraño sueño que tuvo.

Ella soñó que llamaba a nuestra bebé mientras volaba por el aire, y explicó que en su sueño nosotros estábamos discutiendo sobre los nombres para el niño. A pesar que no dijimos a nadie el nombre que habíamos elegido, su amiga le dijo a mi esposa que John-Henry abogaba por Zachary, mientras Dianne quería Zacarías, pero que su esposo le sugirió Jebediah. A medida que ella se reía en su interior por la broma (la mayoría de los nombres de nuestros hijos comienzan con ‘J’) Dianne no se rió, sino que se sorprendió en silencio.

“¡Ese es el nombre!”, transmitió Dianne. “No sólo es el nombre, que está en discusión, y John-Henry quiere Zachary y yo estoy eligiendo Zacarías. En ese momento fue su amiga la que cayó en un silencio pasmoso.

Cuando Dianne y yo hablamos sobre ese sueño increíble, ambos sentimos que era una especie de confirmación celestial que nos daba el nombre adecuado para este niño, el nombre que Dios quiere para él. Todavía estamos discutiendo la versión que usaremos, aunque…

Con esa gran confirmación celestial, Dianne decidió la otra noche investigar el significado del nombre de Zachary (o Zacarías). Cuando ella puso el nombre en Google, las lágrimas empezaron a correr sobre su rostro cuando apareció el significado del nombre en la pantalla…

Zacarías significa “el Señor recuerda”.

Si ustedes pueden poner a Dianne, a Zachary y a toda nuestra familia en sus oraciones estas próximas semanas se lo agradeceríamos. Y en cualquier momento y sin previo aviso estaré dejando mis trabajos aquí en LifeSiteNews durante una semana.

Nuestro equipo de LifeSiteNews ya está muy sobrecargado y mi ausencia no va a ayudar en ese sentido, por eso sus oraciones por este gran equipo son más necesarias también.

¡Que el Dios que recuerda los bendiga a todos ustedes esta noche!

26 de septiembre 2011 - Notifam -

Versión original en inglés en http://www.lifesitenews.com/blog/the-lord-remembers

Traducción por José Arturo Quarracino