martes, 19 de abril de 2011

Quienes atacan vida y familia son como los que pedían liberar a Barrabás

MÉXICO D.F., 19 Abr. 11 / 02:48 am (ACI)
El Arzobispo de Antequera-Oaxaca (México), Mons. José Luis Chávez Botello, llamó a vivir correctamente la Semana Santa y afirmó que las personas que promueven el aborto y atacan a la familia, son como los que en los tiempos de Jesús pedían a gritos la liberación de Barrabás.

"Como en tiempos de Pilato hoy no pocas personas están gritando en Oaxaca: ¡suéltanos a Barrabás! al aferrarse en tapar la corrupción, al querer desalentar y dividir a la sociedad, al distorsionar el matrimonio, al dañar la vida con máscara de defender supuestos derechos, al pactar algunos con el crimen, piden la muerte de Jesús porque les estorba la verdad, la justicia, la moral y la vida honesta".


El domingo, Mons. Chávez Botello alentó a vivir intensamente la Pascua de Cristo, porque "nos da motivos sólidos para luchar por la verdad, por la unidad, por la superación personal y por el bien común; nos da fuerzas para gastar la vida por la familia y para servir por amor".

El Arzobispo también pidió participar activamente en las celebraciones litúrgicas y no permitir que la religiosidad popular se vacíe de su contenido.

"Es importante alimentar la finalidad y el espíritu cristiano de estas devociones laudables para no vaciarlas ni reducirlas a meras costumbres sin contenido ni compromiso, para no desligarlas de la celebración litúrgica de cada día presidida por el sacerdote", señaló.

Texto completo a continuación.

¡Suéltanos a Barrabas!, es el grito de algunos en Oaxaca
Con la bendición de ramos y la lectura de la Pasión iniciamos hoy la Semana Santa; la llamamos santa porque en estos días los creyentes celebramos la Pascua, el misterio central de nuestra fe: la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo; es la fiesta más importante para todos los católicos, es el corazón, cimiento y columna vertebral de nuestra fe. La Pascua nos muestra que la última palabra es la de Dios: la verdad, el amor y la vida plena; la última palabra no es la del demonio: la mentira, el desamor y la muerte.
Pascua significa paso. Quien está seguro que después del trabajo y de la lucha vienen los frutos y la victoria, asume el esfuerzo y da el paso aunque le cueste. La Pascua de Jesucristo nos da motivos sólidos para luchar por la verdad, por la unidad, por la superación personal y por el bien común; nos da fuerzas para gastar la vida por la familia y para servir por amor.
En la Semana Santa se intensifican las expresiones y devociones religiosas cuya finalidad es ayudarnos a reflexionar y a vivir el misterio de la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo: el lavatorio de los píes, la distribución del pan bendito, la visita a los siete templos, la adoración a Jesús Sacramentado, el Vía Crucis que en Oaxaca resalta el encuentro de Jesús con su Santísima Madre, las tres caídas, las siete palabras, el descendimiento, la procesión del silencio, el rosario del pésame, la oración y reflexión ante las imágenes del Santo Entierro y de la Virgen de la Soledad entre otras.
Es importante alimentar la finalidad y el espíritu cristiano de estas devociones laudables para no vaciarlas ni reducirlas a meras costumbres sin contenido ni compromiso, para no desligarlas de la celebración litúrgica de cada día presidida por el sacerdote. Todas las devociones han de ser comprendidas y asumidas como preparación o prolongación  de la Celebración Litúrgica que constituye el acto central de cada día: el Domingo de Ramos, la Celebración de la Misa precedida de la bendición de los ramos; el Jueves Santo, la Misa de la Institución de la Eucaristía por la tarde; el Viernes Santo, la Liturgia de la Pasión y muerte de Nuestro Señor Jesucristo y el Sábado Santo, la Vigilia Pascual por la noche que constituye el corazón de la Pascua. Debemos dar mayor importancia a la Celebración Litúrgica de cada día participando en ella; quienes salen a vacaciones, por no tener otra posibilidad, descansen pero procuren informarse dónde y a qué hora se tendrán dichas celebraciones.
La celebración de la Pascua se abre el Domingo de Ramos poniéndonos frente a Jesús y a Barrabás; Barrabás es símbolo del mal, de la corrupción y del crimen. Como en tiempos de Pilato hoy no pocas personas están gritando en Oaxaca: ¡suéltanos a Barrabás! al aferrarse en tapar la corrupción, al querer desalentar y dividir a la sociedad, al distorsionar el matrimonio, al dañar la vida con máscara de defender supuestos derechos, al pactar algunos con el crimen; piden la muerte de Jesús porque les estorba la verdad, la justicia, la moral y la vida honesta. La Pascua culmina en la Vigilia Pascual con la celebración de la Resurrección de Jesucristo que se prolonga durante 50 días y se cierra con la fiesta del Espíritu Santo en Pentecostés.
Con mi saludo y bendición para todos.                              

+ José Luis Chávez Botello
Arzobispo de Antequera-Oaxaca