sábado, 24 de julio de 2021

10 santos que fueron científicos destacados

por Meg Hunter-Kilmer 

Los anales de la santidad están llenos de mentes científicas brillantes, muchas de las cuales son pioneras en campos científicos

Hay una gran cantidad de católicos que han contribuido enormemente a la ciencia; algunos de ellos han sido canonizados o están en camino.

En el mundo moderno hay una tendencia a ver la ciencia y la fe de manera opuesta, como si una persona que estudia física en la universidad necesitase experimentar una revelación de que el universo se creó a sí mismo.

Afortunadamente para los científicos católicos, este ejemplo no se da en la realidad. De hecho, los anales de la santidad están llenos de mentes científicas brillantes, muchas de las cuales son pioneras en campos científicos.

Santa Hildegarda de Bingen (1098-1179)

Fue una escritora tan brillante que fue nombrada Doctora de la Iglesia, pero también era brillante en cualquier otra cosa. Además de ser una mística, visionaria, y abadesa, Hildegard era poeta, compositora, artista, farmacéutica y teóloga. Escribió hagiografías y obras de teatro, así como tratados de medicina e historia natural. 

San Alberto Magno (d. 1280)

Es conocido como el último hombre en saber todo lo que había que saber. Además de ser un santo obispo, escribió sobre filosofía, teología, botánica, geografía, astronomía, zoología, música y filosofía, la mayoría con una precisión notable, sobre todo teniendo en cuenta su época.

Nicolás Steno (1638-1686)

Fue un danés que se convirtió al catolicismo y un obispo, el padre de la geología el trabajo del cual desembocó en los campos de la paleontología y cristalografía y contribuyó significativamente al estudio de la anatomía. Descubrió como funciona el sistema circulatorio, como se contraen los músculos, de donde proviene la saliva (el conducto Stensen lleva su nombre), y que el corazón es un músculo. También empezó a estudiar fósiles, dándose cuenta famosamente que las piedras con forma de diente que se creía que caían del cielo en las noches sin luna eran, de hecho, los dientes fosilizados de animales prehistóricos. Esto llevó a las contribuciones más significativas de Steno a la ciencia: las leyes básicas de la estratigrafía, que siguen en uso a día de hoy, que nos hicieron posible entender que dinosaurios provenían de cada era y, por último, como determinar la edad aproximada de la tierra.

Beato José Gregorio Hernández (1864-1919)

Era un doctor venezolano y un científico. Consiguió su título médico en Venezuela antes de ir a estudiar a París. Publicó sobre bacteriología, psicología, y filosofía, entre otras cosas. Pasó su vida trabajando como doctor y profesor, tratando a los pobres gratuitamente, mientras perseguía la santidad como laico.

San Giuseppe Moscati (1880-1927)

Era un dedicado laico soltero, un doctor que servía a los pobres gratuitamente y que arriesgó su vida para rescatar a pacientes ancianos durante una erupción volcánica. Fue pionero en el campo de la bioquímica ya que su investigación publicada llevó (entre otras cosas) al uso de la insulina como tratamiento para la diabetes. Fue de los primeros en usar CPR y su innovador método centrado en el paciente influyó al ámbito en su totalidad y animó un acercamiento más santo a la medicina.

Takashi Nagai (1908-1951)

Era un casado doctor japonés, un convertido del Sintoísmo y nihilismo ateo. Era padre de dos hijos y trabajaba en la vanguardia de la investigación en radiología, contrayendo leucemia por culpa de la exposición a la radiación. Su condición empeoró dramáticamente por la explosión de la bomba atómica que incineró a su esposa cuando fue lanzada en Nagasaki. La poesía que escribió en los siguientes años, sobre el sufrimiento y el perdón, transformó la forma de responder de los japoneses ante el catastrófico fin de la segunda guerra mundial.

Guadalupe Ortiz (1916-1975)

Fue una de las primeras miembros del Opus Dei. Consiguió un PhD en química cuando tenia 48, que usó como profesora de química y en su trabajo para establecer una clínica médica móvil para los pobres. Conocida por su ruidosa risa y constante sonrisa, Guadalupe fue una galardonada investigadora científica, a pesar de morir tan solo a los 58 años.

Benedetta Bianchi Porra (1936-1964)

Sufrió de polio cuando era un bebé, lo que la dejó con una cojera permanente y requirió que usara una abrazadera para la espalda. Empezó a perder su oída cuando era una estudiante de pre medicina, pero los doctores creían que era psicosomático. Poseedora de una mente médica brillante, Porra se diagnosticó a si misma con la enfermedad de von Recklinghausen, una condición neurológica que acabaría finalmente quitándole sus cinco sentidos. Su prometedora carrera científica fue corta debido a su muerte a los 27 años.

Jerome Lejeune (1926-1994)

Fue un pediatra, genetista, y padre de cinco hijos francés que descubrió que el síndrome de Down era causado por una copia extra del cromosoma 21. Su trabajo identificó otras muchas enfermedades causadas por anormalidades cromosómicas. También le llevó a ganar el William Allen, el premio más honorado de genética del mundo. Además de su investigación científica, Lejeune fue un gran defensor pro-vida, preocupado especialmente por defender a los niños cuyas vidas podrían verse amenazadas por sus diagnósticos genéticos prenatales.El síndrome de Down podría tener un santo patrón.

Hermann of Reichenau (1013-1054)

Nació con muchas discapacidades (paladar hendido, parálisis cerebral y espina bífida o posible atrofia muscular espinal) y fue criado en un monasterio. Escribió sobre geometría, aritmética, historia, astronomía, teología, teoría musical, y también compuso música litúrgica. Sus contribuciones científicas más importantes fueron en el campo astronómico.

Aleteia  - publicado el 24/07/21