El cuerpo de la joven fue encontrado en una parcela donde
se realizan trabajos y sesiones espiritistas y se le rinde tributo a la
figura de María Lionza.
Una adolescente de 16 años de edad falleció el pasado 11 de enero mientras era objeto de un ritual de espiritismo que se desarrollaba en el Centro Espiritual Yaguarin, ubicado en la zona agrícola de San Julián en la parroquia Caraballeda, al este del estado Vargas (Venezuela), según informa Nadeska Noriega en El Pitazo.
La joven respondía al nombre de Naryeli Cacharuco Guillén y era estudiante de la Escuela Técnica Licenciado Aranda de Maiquetía. De acuerdo con los datos suministrados por funcionarios de la delegación regional del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), el cuerpo de la joven fue encontrado en una parcela donde se realizan trabajos y sesiones espiritistas y se le rinde tributo a la figura de María Lionza.
La adolescente, que residía en el barrio San Telmo de La Guaira, habría sido trasladada a San Julián por su madre, quien la llevó a centro espiritista el 2 de enero y se quedó con ella mientras los regentes del centro hacían sus sesiones.
La progenitora aseguró en sus declaraciones que su hija estaba poseída por un espíritu maligno, a consecuencia de “un trabajo que le montaron unas compañeras de liceo”. Fue la propia madre quien llamó a las comisiones del CICPC para dar a conocer el deceso de su hija. El cuerpo de la joven fue trasladado hasta la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, ubicada en Pariata, para realizar la autopsia de rigor.
De acuerdo con los datos preliminares, la joven tendría una afección respiratoria previa, que se agravó con las prácticas espiritistas realizadas en el río San Julián. Por el caso hay dos personas detenidas y se mantiene averiguación sobre el centro espiritual, que fue clausurado.
El culto a María Lionza en Venezuela
El culto marialioncero forma parte del espiritismo venezolano e influye poderosamente en el estado Yaracuy, lugar donde se encuentra la montaña de Sorte, en Chivacoa, zona hacia donde se dirigen los seguidores de sus “milagros” para realizar sus peticiones y hacer encuentros denominados “sesiones espirituales”. Así lo cuentan Angélica Mejías y Luismael Jiménez en Vargas es Noticia.
María Lionza es una indígena, según el mito, que acompañada del Negro Felipe y del Cacique Guaicaipuro conforman las “Tres Potencias”. Ellos son la base fundamental de un cielo de deidades y espíritus divididos jerárquicamente en “Cortes”. Los creyentes aseguran que en la localidad habita el espíritu de la “diosa”.
Los rituales conllevan la ofrenda de flores, frutas, tabacos, licores, velones y velas que forman parte de la llamada a quienes ya han fallecido y son catalogados como “guías espirituales”, por otro lado estos recursos para son utilizados para hacer “limpiezas”, que según los practicantes, facilitan la resolución de problemas. Decenas de leyendas se tejen en torno al principal personaje de culto popular en Venezuela.
“¡Que le den, que le den, fuerza. Fuerza!”, es la llamada que se hace acompañada por un grupo de tocadores de tambor. Comienzan a llamar a las presuntas deidades para que tomen posesión de una persona que se le califica como “materia” o “médium”, quien presuntamente aloja a estos espíritus al caer en un trance. Una persona dotada de facultades paranormales que le permiten actuar de mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos o de hipotéticas comunicaciones con los espíritus. Sus voces y sus rostros se transforman.
InfoCatólica. Ries 15.1.20
La joven respondía al nombre de Naryeli Cacharuco Guillén y era estudiante de la Escuela Técnica Licenciado Aranda de Maiquetía. De acuerdo con los datos suministrados por funcionarios de la delegación regional del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (CICPC), el cuerpo de la joven fue encontrado en una parcela donde se realizan trabajos y sesiones espiritistas y se le rinde tributo a la figura de María Lionza.
La adolescente, que residía en el barrio San Telmo de La Guaira, habría sido trasladada a San Julián por su madre, quien la llevó a centro espiritista el 2 de enero y se quedó con ella mientras los regentes del centro hacían sus sesiones.
La progenitora aseguró en sus declaraciones que su hija estaba poseída por un espíritu maligno, a consecuencia de “un trabajo que le montaron unas compañeras de liceo”. Fue la propia madre quien llamó a las comisiones del CICPC para dar a conocer el deceso de su hija. El cuerpo de la joven fue trasladado hasta la sede del Servicio Nacional de Medicina y Ciencias Forenses, ubicada en Pariata, para realizar la autopsia de rigor.
De acuerdo con los datos preliminares, la joven tendría una afección respiratoria previa, que se agravó con las prácticas espiritistas realizadas en el río San Julián. Por el caso hay dos personas detenidas y se mantiene averiguación sobre el centro espiritual, que fue clausurado.
El culto a María Lionza en Venezuela
El culto marialioncero forma parte del espiritismo venezolano e influye poderosamente en el estado Yaracuy, lugar donde se encuentra la montaña de Sorte, en Chivacoa, zona hacia donde se dirigen los seguidores de sus “milagros” para realizar sus peticiones y hacer encuentros denominados “sesiones espirituales”. Así lo cuentan Angélica Mejías y Luismael Jiménez en Vargas es Noticia.
María Lionza es una indígena, según el mito, que acompañada del Negro Felipe y del Cacique Guaicaipuro conforman las “Tres Potencias”. Ellos son la base fundamental de un cielo de deidades y espíritus divididos jerárquicamente en “Cortes”. Los creyentes aseguran que en la localidad habita el espíritu de la “diosa”.
Los rituales conllevan la ofrenda de flores, frutas, tabacos, licores, velones y velas que forman parte de la llamada a quienes ya han fallecido y son catalogados como “guías espirituales”, por otro lado estos recursos para son utilizados para hacer “limpiezas”, que según los practicantes, facilitan la resolución de problemas. Decenas de leyendas se tejen en torno al principal personaje de culto popular en Venezuela.
“¡Que le den, que le den, fuerza. Fuerza!”, es la llamada que se hace acompañada por un grupo de tocadores de tambor. Comienzan a llamar a las presuntas deidades para que tomen posesión de una persona que se le califica como “materia” o “médium”, quien presuntamente aloja a estos espíritus al caer en un trance. Una persona dotada de facultades paranormales que le permiten actuar de mediadora en la consecución de fenómenos parapsicológicos o de hipotéticas comunicaciones con los espíritus. Sus voces y sus rostros se transforman.
InfoCatólica. Ries 15.1.20
