El Arzobispo Emérito de La Plata, Mons. Héctor Aguer, aseguró que el aborto es un crimen abominable y, cuando en ambientes eclesiales se ingresa en el terreno de lo “políticamente correcto” al debatir este tema, “se le hace el juego al padre de la mentira”.
Así lo indicó el Prelado este sábado 21 de julio en el programa “Claves para un Mundo Mejor”, que se emite por Canal 9 en Argentina, en medio del debate de la ley del aborto en el país sudamericano, un proyecto que ya ha sido aprobado en la Cámara de Diputados y que se discutirá en el Senado.
“¿Quién se atreve hoy a decir que el aborto es un crimen abominable? Lo dice el Catecismo, que además lo asocia al infanticidio, señalando que hay una continuidad entre el embrión, el feto, el niño por nacer y el niño recién nacido”, dijo el prelado.
Tras recordar que San Juan Pablo II, que quiso ser recordado como el Papa de la familia y que dedicó una de sus encíclicas a la defensa de la vida, la Evangelium Vitae, siempre defendió este derecho inalienable de toda persona, el Arzobispo Emérito de La Plata explicó que la Iglesia no va a cambiar su postura en este tema.
“Eso no significa que nosotros no respetemos a todos, respetamos a la gente que está defendiendo el aborto, y les amamos también pero tenemos que decir las cosas claramente como son, no con enjuagues, no con arreglos subrepticios. Las cosas son como son”, resaltó.
“En otra ocasión podremos referirnos a los problemas sociales que se pretenden solucionar mediante el aborto, pero no en realidad hay otras soluciones para esos problemas. No es lícito hacer un mal para que resulte un bien”.
El Arzobispo denunció también que “en muchos medios eclesiales ha reinado una cierta tibieza para afrontar el momento crucial que está viviendo la sociedad argentina ante la posible legalización del aborto”.
Ante esto, precisó, aparece un problema: “Cuando se impone en la Iglesia una especie de democratismo de lo políticamente correcto le estamos haciendo el juego a aquel personaje al cual Jesús llamó el Padre de la Mentira".
"¿Saben quién es? Le estamos haciendo el juego, y con las mejores intenciones, pero no importa. Esa no es la actitud de los Apóstoles, la actitud de la tradición cristiana, la actitud del magisterio de la Iglesia. Hay una gran energía en este punto para mostrar la inhumanidad del aborto”.
Sobre el aborto, el Arzobispo recordó que “algunos actos humanos son siempre intrínsecamente deshonestos, cualquiera sea la intención del que obra, cualesquiera sean las circunstancias. Es esta una doctrina invariable de la Iglesia; ninguna autoridad humana podrá alterarla”.
“Desgraciadamente, el relativismo de la cultura actual ha penetrado en muchos ámbitos eclesiales, y lo que es más terrible, ha contagiado a muchos pastores, que así descarrían a los fieles. ¡Que la Virgen Inmaculada nos ayude!”, concluyó.
“¿Quién se atreve hoy a decir que el aborto es un crimen abominable? Lo dice el Catecismo, que además lo asocia al infanticidio, señalando que hay una continuidad entre el embrión, el feto, el niño por nacer y el niño recién nacido”, dijo el prelado.
Tras recordar que San Juan Pablo II, que quiso ser recordado como el Papa de la familia y que dedicó una de sus encíclicas a la defensa de la vida, la Evangelium Vitae, siempre defendió este derecho inalienable de toda persona, el Arzobispo Emérito de La Plata explicó que la Iglesia no va a cambiar su postura en este tema.
“Eso no significa que nosotros no respetemos a todos, respetamos a la gente que está defendiendo el aborto, y les amamos también pero tenemos que decir las cosas claramente como son, no con enjuagues, no con arreglos subrepticios. Las cosas son como son”, resaltó.
“En otra ocasión podremos referirnos a los problemas sociales que se pretenden solucionar mediante el aborto, pero no en realidad hay otras soluciones para esos problemas. No es lícito hacer un mal para que resulte un bien”.
El Arzobispo denunció también que “en muchos medios eclesiales ha reinado una cierta tibieza para afrontar el momento crucial que está viviendo la sociedad argentina ante la posible legalización del aborto”.
Ante esto, precisó, aparece un problema: “Cuando se impone en la Iglesia una especie de democratismo de lo políticamente correcto le estamos haciendo el juego a aquel personaje al cual Jesús llamó el Padre de la Mentira".
"¿Saben quién es? Le estamos haciendo el juego, y con las mejores intenciones, pero no importa. Esa no es la actitud de los Apóstoles, la actitud de la tradición cristiana, la actitud del magisterio de la Iglesia. Hay una gran energía en este punto para mostrar la inhumanidad del aborto”.
Sobre el aborto, el Arzobispo recordó que “algunos actos humanos son siempre intrínsecamente deshonestos, cualquiera sea la intención del que obra, cualesquiera sean las circunstancias. Es esta una doctrina invariable de la Iglesia; ninguna autoridad humana podrá alterarla”.
“Desgraciadamente, el relativismo de la cultura actual ha penetrado en muchos ámbitos eclesiales, y lo que es más terrible, ha contagiado a muchos pastores, que así descarrían a los fieles. ¡Que la Virgen Inmaculada nos ayude!”, concluyó.
Redacción ACI Prensa 21. 7. 18