miércoles, 15 de marzo de 2017

‘El islam no es una religión de paz’.

por Almudena Martínez-Bordiú 
Guiado por su pasión, inquietud y grandísima fe, el periodista Jaume Vives se ha propuesto mostrar al mundo entero que realmente, ahí fuera, existen personas que siendo perseguidas por sus religión son capaces de entregar su vida por Dios. 
InfoVaticana recibe a este joven “contador de historias” para hablar de su experiencia y de su documental “Guardianes de la Fe”.
Jaume Vives es una de esas personas que cuando entra en una habitación, la llena de vida. Este joven de tan solo 24 años se ha convertido en un gran contador de historias, en un periodista y escritor que se ha atrevido a dejarlo todo para viajar al corazón de Oriente Medio y conocer la situación en la que viven millones de cristianos en pleno siglo XXI.
Guiado por su pasión, inquietud y grandísima fe, Jaume se ha propuesto mostrar al mundo entero que realmente, ahí fuera, existen personas que siendo perseguidas por sus religión son capaces de entregar su vida por Dios.
A pesar de su corta edad, este muchacho extrovertido, de larga barba y ojos repletos de historias que contar ha publicado tres libros (Las putas comen en la mesa del Rey, Pobres pobres:8 días viviendo en la calle y Viaje al horror del Estado Islámico). Ha viajado a Irak y a El Líbano para conocer de primera mano el día a día de los cristianos perseguidos por los terroristas del Estado Islámico.
El sábado 11 de marzo estrenó en Madrid “Guardianes de la Fe”, el documental que cuenta el testimonio de los cristianos perseguidos de Irak, la realidad del islam en esos países y el papel que juega Occidente. InfoVaticana recibe a Jaume para escuchar su experiencia y todos los detalles de la película.
Tú has estado allí, has vivido con la gente que está perseguida y que a pesar de haberlo perdido todo, su fe es cada vez mayor. Sin embargo nosotros, que lo tenemos todo, cada vez tenemos menos fe. ¿Es necesario el sufrimiento? ¿Tenemos que ser perseguidos y pasarlo mal para aumentar nuestra fe en Cristo?
Cuando la persecución es cruenta, uno se reafirma en su fe. Los cristianos no son héroes, pero han estado cerca de Dios cuando tocaba y el Señor les ha dado la Gracia. En cambio, la persecución social, que es la que hay en España, no te reafirma la fe, sino todo lo contrario, te hace avergonzarte.
En un escenario tan cruel y doloroso, ¿hay sitio para la esperanza?
Si lo hay, pero no para una esperanza humana. Hueco para la esperanza humana no hay ni en Irak ni en ninguna parte del mundo. Cuando el hombre pone la esperanza en sí mismo, se da una castaña y se da cuenta de que uno no puede confiar en el hombre, en sí mismo, porque somos limitados. Sin embargo en Dios sí.
Esa esperanza y tranquilidad que tienen los cristianos perseguidos por el Estado Islámico nace de que el Señor les sostiene. No les viene de ellos, les viene de fuera, Dios sostiene a esos cristianos. Por mucho que creas que hay un más allá, que Dios existe, si eso es mentira, no lo aguantas durante cinco años en Siria y casi tres años en Irak. Eso solamente se entiende si realmente el Señor está detrás sosteniendo a esa gente.
En medio de la guerra, ¿hay sentimientos de odio?
Hay de todo, porque los cristianos son humanos. También hacemos cosas mal. Te encuentras de todo… gente que te dice que perdona, gente a la que le han matado a su hijo y te dice que perdona. Y te encuentras a gente que te dice que no puede perdonar. Lo que no te encuentras nunca es gente que te diga “por qué el Señor me ha hecho esto”, que se rebelen contra el Señor. A veces no pueden perdonar al Estado Islámico o a sus vecinos, pero no tienen nada contra Dios.
Si pudieras contar solamente una historia de todas las que has vivido, ¿cuál sería?
¿Crees que el islam es una religión de paz como muchos defienden?
No. Es evidente que el islam no es una religión de paz. La historia, su libro y su profeta demuestran todo lo contrario. Aunque es verdad que hoy en día hay dos temas en los que uno no se puede meter, y últimamente no paramos de verlo en los medios, es el tema de la ideología de género y el islam. Cuando se tocan uno de esos dos temas, la consecuencia es la persecución social.
El islam no es una religión de paz, lo que no quiere decir que todos los musulmanes sean unos asesinos despiadados. Hay musulmanes que son buenas personas y católicos que son unos capullos. Esa es la realidad.
¿Qué opinas sobre la situación de los refugiados?
Hay dos temas cuando se habla de refugiados. Uno es la generosidad y otro es la prudencia.  La generosidad nos toca a nosotros, y la prudencia le corresponde al Estado. Es vergonzoso que en El Líbano, más de la mitad de la población sea gente refugiada. Es un país más pobre, es un país más pequeño y acoge a más de dos millones de refugiados sirios. Mientras, nosotros acogemos a diez mil y parece que no vamos a poder soportarlo. Pero, repito, hay que ser prudente. Para ser generoso, hay que saber qué es el islam.
Y esa generosidad, ¿puede abrir la puerta a terroristas?
¿Por qué crees que no nos informan sobre ello, sobre la posibilidad de que entren terroristas en nuestro país?
No lo sé. Lo que mueve el mundo es el dinero y el poder. Y detrás del dinero y del poder está el demonio. Lo lógico sería que los refugiados musulmanes fueran acogidos por los países musulmanes.
¿Crees que este genocidio va a terminar en algún momento?
No lo sé. Lo que sí que sé es que la Iglesia hace dos mil años que está perseguida. Persecución siempre la ha habido y siempre la habrá. “Por causa de mi nombre os perseguirán”. ¿Acabará la guerra?, posiblemente. ¿Acabará en Irak?, no lo sé. ¿Cuándo acabe la guerra acabará la persecución a los cristianos?, no.
Tú que has estado allí, ¿qué opinan en El Líbano o en Irak de la intervención de Occidente?
Muchos católicos sienten que les hemos dado la espalda.
Tras los atentados perpetrados por el Estado Islámico en Europa, ¿somos más conscientes de lo que está ocurriendo en esos países?
Se ha demostrado que Europa no es que esté dormida, es que está hibernando desde hace años. En Francia ha habido un montón de atentados y ha pasado el tiempo ¿y qué ha pasado en Francia?, no ha pasado nada. Hay días de más nervios, de más intranquilidad, pero luego con el tiempo todo vuelve a su cauce.
¿Cuál es la labor de la Iglesia en esos países?
La Iglesia es la institución que más ha ayudado. Donde nosotros estuvimos no vimos gobiernos y no vimos ONG’s. Vimos Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), vimos a la Iglesia y a Cáritas. La que más ayuda es la Iglesia. Tanto la de allí como la de aquí.
La de allí con sus monjas y sus sacerdotes, que son los únicos que tienen libertad y capacidad para salir del país si lo desean. Sin embargo, escogen quedarse con su gente y morir como su gente, y eso los cristianos lo valoran muchísimo, les da fuerzas y piensan que su Iglesia no les abandona. Los sacerdotes y monjas se podrían ir a Estados Unidos, Roma o España y vivir cómodamente y airearse, porque también han sufrido igual o más que el resto, pero se quedan allí. Y luego aquí con las fundaciones, que yo podría decirte que la mejor y la que más hace es Ayuda a la Iglesia Necesitada.
¿Por qué decidiste empezar este proyecto?
Sobre todo fue al ver que hay gente que muere por Cristo y nosotros nos avergonzamos. Y quise saber qué tenían que enseñarnos. Aunque todo viene por proceso de reconversión. Nace de una infancia difícil, donde por problemas de diferentes tipos te juntas con gente que no tienes que juntarte y te empiezas a tragar lo que la sociedad te dice que tienes que hacer para ser feliz; drogas, fiesta, chicas…Pero el corazón tiene que llenarse de algo y sólo se puede llenar de Dios. Y te das cuenta de que cuanto más te vas llenando de lo que te dicta la sociedad, estás más hecho polvo.
Con 13 años, cuando ya había metido la pata hasta el fondo, conocí a los jóvenes de San José e hice un trabajo sobre ellos en el colegio. Son gente que hace verdadera caridad y ayudan a la gente de la calle con los más importante, que no es la comida, sino Dios. Fue eso y un viaje a Medjugorje.
Antes de escribir el libro Pobres pobres estuve 8 días viviendo en la calle,  para conocer cómo vivían los que no tienen nada.

InfoVaticana (15/3/17)