miércoles, 9 de noviembre de 2016

Clinton: una derrota de la que me alegro.

Donald Trump ha obtenido la victoria en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Es una victoria lograda contra muchos pronósticos y con la amplia mayoría de los medios en contra.
Mis reparos a Donald Trump
No siento alegría por la victoria de Trump. En materia de principios me parece un oportunista y habría preferido que las primarias del Partido Republicano las ganase Ted Cruz. Su falta de respeto a John McCain como veterano de guerra me sentó bastante mal. Su apoyo a la impresión de dinero como solución para la deuda pública me parece un absoluto disparate, que sin duda alguna firmaría cualquier dirigente podemita. Y sus discursos sobre inmigración, anunciando la construcción de un muro con México, me parecieron una forma bastante criticable de intentar sacar tajada política del rechazo de muchos estadounidenses a la inmigración ilegal.
Mis reparos -mucho mayores- a Hillary Clinton
Hillary Clinton me cae mucho peor que Trump. Si él es un oportunista y un populista, ella es una déspota y una persona que defiende planteamientos muy hostiles hacia derechos humanos tan básicos como la libertad religiosa y el derecho a la vida. Cuando el año pasado anunció su propósito de cercenar la libertad de religión en EEUU tuve claro que esta mujer era una verdadera amenaza para la democracia en EEUU, que venía a añadirse a los ataques ya lanzados por Obama contra ese derecho, que han provocado el rechazo de amplios sectores de la población.
Además, Hillary no dudó en respaldar las tesis abortistas más radicales y crueles -incluido el monstruoso aborto por nacimiento parcial, que implica decapitar al bebé en medio del parto- y recibió el apoyo de un poderoso lobby proaborto (Planned Parenthood invirtió 50 millones de dólares en la campaña de la candidata demócrata). Hay que recordar que en 2010 Hillary incluso elogió repetidamente al UNFPA como un programa modélico, y eso mientras el UNFPA servía para apoyar los abortos forzados en China. Un hecho que, como tantas otras cosas, ha sido silenciado por los mismos medios que presentaban a Trump como un machista.
Trump anunció que cortará los fondos públicos a Planned Parenthood
El mandato de Obama ya había servido para llenar las arcas de ese lobby con dinero de los contribuyentes y tapar los graves escándalos que le han ido salpicando: tráfico ilegal de órganos de bebés abortados, encubrimiento de abusos a menores, encubrimiento de mafias de la prostitución, abortos selectivos de niñas… Una victoria de Hillary habría implicado, con total seguridad, una impunidad absoluta para ese lobby y sus repugnantes prácticas. De hecho, Planned Parenthood apoyaba la campaña de Hillary como quien invierte en un negocio seguro. Frente a ese intercambio de favores entre los demócratas y el lobby del aborto, el anuncio de Trump de que cortará la financiación pública de ese lobby abortista me pareció, al menos, un acierto por parte del candidato republicano. Que Trump no comparta la actitud hostil de Hillary hacia los creyentes también le habrá otorgado muchos apoyos. En este sentido, con sus prejuicios hacia la religión y sus proclamas liberticidas, ha sido la propia candidata la que ha asegurado su derrota.
Clinton se hunde con sus trampas y muchos medios naufragan con ella
A lo anterior hay que añadir que dentro de lo lamentable que ha sido esta campaña electoral, me ha parecido escandaloso el hecho de que se descubriese que el equipo de Hillary había ordenado reventar violentamente la campaña de Trump, y que muchos medios lo tapasen. La violencia desatada por la izquierda contra Trump y sus seguidores llegó a cebarse incluso con una indigente, sin que ni Hillary ni su equipo dijesen nada para condenarlo. La complicidad de muchos medios con la candidata demócrata ha sido vergonzosa. Wikileaks desveló los contactos del equipo de Clinton con diversos medios para favorecerla. Clinton ha protagonizado una de las campañas electorales más sucias de la historia de EEUU, y ya sólo por eso no merecía ganar. Por eso me alegro de su derrota, y también por el descarado apoyo mediático que ha recibido. Hace tiempo que estoy convencido de que el pensamiento único progresista que promueve buena parte del periodismo es muy distante de la opinión de muchos ciudadanos de a pie, y este distanciamiento ha quedado más claro que nunca en Estados Unidos, cuya sociedad conserva en gran medida valores cristianos y planteamientos conservadores que son despreciados desde los grandes medios.
Las tareas que tiene por delante Donald Trump
No tengo una gran esperanza de que Trump arregle muchos de los problemas que deja tras de sí Obama. A decir verdad, son muy pocos los políticos que me infunden hoy en día alguna esperanza. Sí que espero que no sea lo bastante imprudente como para olvidar su promesa de retirar los fondos públicos a Planned Parenthood, y si la olvida espero que las organizaciones provida estadounidenses se movilicen para demandárselo. En lo demás, ojalá su llegada al poder le haga entrar en razón y aparcar disparates como los que he citado al comienzo de esta entrada, y que como presidente de los EEUU se esfuerce por servir al Bien común y a la causa de la Libertad. Además, no tendrá excusa para echar abajo los disparates liberticidas de Obama: el Partido Republicano tendrá mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes.
(Foto: Reuters – Kevin Lamarque)
ContandoEstrelas (9/11/16)