sábado, 6 de agosto de 2016

Plástico en el Pacífico: Una amenaza para los seres humanos.


La presencia de plástico en peces termina afectando al consumidor final, que es el hombre.


por Pablo Cesio


El plástico en mares y océanos no es un fenómeno nuevo. Desde hace años diversas organizaciones han estado denunciando esta problemática y llamado a la acción debido a las consecuencias negativas desde el punto de vista medioambiental y la gran afectación que puede provocar en la vida marítima.
La propia Asamblea General de Naciones Unidas en 2005 llamó a la toma de acciones a nivel mundial para combatir esta problemática.
Incluso, en los últimos tiempos se ha motivado la creación de un mapa mundial sobre el plástico flotante en el mar.
El océano Pacífico ha sido uno de los grandes protagonistas en los últimos tiempos en lo que a este tema respecta y es común encontrar toneladas de desperdicios con estas características.
Con el afán de investigar un poco más lo que acontece en cuanto a esta sustancia es que sesionó en estos días la Comisión Permanente del Pacífico Sur (CPPS), que realizó precisamente un trabajo de evaluación sobre la presencia de plásticos y microplásticos en peces de importancia ecológica y comercial. Los países involucrados en el trabajo, que participaron a través de representantes, fueron Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Chile.  
En base a datos de la Universidad Católica del Norte (Chile), que reproduce la agencia ANSA, la población costera de estos países produce alrededor de 120.000 toneladas de basura sólida que persiste como el plástico, el vidrio y el metal.  O sea, prosigue, entre 12.000 y 37.000 toneladas, en gran medida plásticos, terminan entre la basura marítima.

Un programa integral
Uno de los primeros impulsos contra la problemática del plástico en el Pacífico se dio con el desarrollo de un Programa Regional para Gestión Integral de la Basura en el Pacífico Sudeste. A través de esta propuesta, que fue adoptada por los países de la CPPS en 2007, se indicaron mecanismos de acción para minimizar la descarga de residuos sólidos persistentes de fuentes terrestres y marinas en el Pacífico Sudeste, consigna la web del organismo.
Además, hay una serie de objetivos específicos como la ampliación de la cobertura de los sistemas de recolección de basura en municipios costeros; la erradicación de descarga de basura desde buques; minimizar la disposición de restos de aparejos de pesca en las costas y océanos; mayor conocimiento de los volúmenes de producción, patrones de distribución y acumulación e impactos de la basura en la región y la reducción de envases desechables que eventualmente pueden convertirse en basura marítima.
Gracias a este programa se establecieron las bases para la realización de proyectos piloto en los países de la región.
Es que en definitiva uno de los principales perjudicados termina siendo el propio ser humano debido a que la basura persistente (además de contaminar el medioambiente) a través de la degradación se convierte en sustancia tóxica que luego ingresa en el organismo de las especies marítimas transformándose en una amenaza en cuanto a que el hombre es el consumidor final de la cadena alimenticia marítima.
En tanto, se prevé que estos investigadores del Pacífico entreguen un informe que será publicado por la CPPS en cuanto a los microplásticos.


Aleteia  (5 AGOSTO, 2016)