sábado, 20 de agosto de 2016

Feminismo islámico, ¿existe de por sí o es un “contagio” de Occidente?.


Feminismo “laico” y “religioso” en el Islam: paradigmas entre la contradicción y la condena moral.
por María Ángeles Corpas

En un artículo anterior ya se habló sobre la imbricación del movimiento feminista en el Islam, presentando una definición y algunas de sus más destacadas representantes. En esta nueva entrega quisiera ahondar en la existencia de distintos feminismos dentro del Islam, uno laico (o nacional) y otro religioso. Ambos términos necesarios por razones de identificación, pero fuertemente manipulados con fines políticos.
El feminismo en el Islam es indudablemente un tema que despierta la atención, ya que ambos términos (feminismo e Islam) suelen presentarse como términos contradictorios. Además de esto, se presta a confusión y desacuerdo entre los mismos musulmanes, algunos de los cuales lo califican de anatema o blasfemia. En el mundo occidental se ha usado para subrayar el retraso de las sociedades islámicas. Sin embargo, también ha sido usado por las corrientes islamistas, no sólo para confirmar los estereotipos occidentales, sino para justificar versiones represivas y jerárquicas del Islam como únicas posibles y válidas, y reconocer cualquier fórmula que plantee un modelo de recuperación de la dignidad femenina sea identificado como un mal para el Islam.
De este modo, el feminismo se encuentra entre el menosprecio y la hostilidad. De un lado, los occidentales que lo atacan por entender que el Islam en injusto “en sí” e incapaz de generar un discurso “aceptable” sobre el papel de la mujer. De otro, aquellos musulmanes que desacreditan toda corriente feminista, sea ésta occidental u oriental.
Tal y como plantean muchas de las investigadoras, el feminismo musulmán debe entenderse como algo propio y no como una derivación occidental. Tal y como afirma la investigadora Margot Badran, el feminismo occidental se ha configurado en movimientos seculares, que desconocen el papel que la religión ha desempeñado en sus feminismos. De este modo, en occidente, ser feminista y antirreligiosa es condición indispensable.
De este modo, dentro del mundo islámico se han ido conformando dos paradigmas dentro del feminismo. De un lado, uno laico (nacional), ligado a procesos de modernización y anticolonialismo de finales del siglo XIX y primera mitad del XX, emergentes en África y Asia. Este feminismo laico, está ligado a discursos nacionalistas, modernismo islámico y movimientos a favor de los derechos humanos. Por tanto, es un modelo que se desarrolla dentro de los márgenes de un Estado laico, donde la pertenencia a un grupo religioso no es determinante. Es un discurso orientado a la militancia y el activismo.
El feminismo religioso por su parte, nació en la era poscolonial de un modo simultáneo en oriente y occidente. Resulta paralelo al auge del movimiento islamista, el renacimiento cultual islámico experimentado por muchos Estados laicos de mayoría musulmana. Se trata de una nueva interpretación del Islam acerca de la mujer. Una interpretación independiente del Corán o los libros religiosos (ijtihad). Su objetivo es asentar un pensamiento crítico que ayude a liberar y transformar el papel de la mujer, en tanto que núcleo de la sociedad.
Ambos feminismos abordan la cuestión de género de un modo distinto. El laico establece una clara división entre la esfera privada y la pública, reivindicando la igualdad de la mujer en su participación en los asuntos públicos con argumentos sacados del Corán. Un planteamiento que exige la revisión de las leyes de familia.
El religioso, defiende la equidad de la mujer, pero no marca una línea divisoria entre lo público y lo privado. Sí denuncia que el modelo patriarcal y jerárquico impuesto no se ajusta a los principios del Corán, que aboga por la igualdad de los seres humanos. El estudio directo del texto coránico por parte de sus exégetas ha llevado a plantear un Islam “holístico” (total, coherente) e igualitario, en el que cabría la compatibilidad entre vida familiar y profesional.
Por último, resulta importante distinguir que, cuando se habla de feminismos laicos, nos estamos refiriendo a aquellos desarrollados en distintos lugares, vinculados a contextos nacionales (Estados nacionales) más que religiosos. Sin embargo, el feminismo religioso, debe entenderse como un proyecto de construcción intelectual cuyo objetivo es articular un modelo coherente de Islam “equitativo” que sirva de patrón para una progresiva transformación religiosa y sociocultural.

Referencias: 
Corpas Aguirre, M.A: “¿Existe el feminismo islámico?”, Aleteia, 23-X-2015, en: http://es.aleteia.org/2015/10/23/existe-el-feminismo-islamico/

Aleteia (17 AGOSTO, 2016)