jueves, 16 de junio de 2016

El lobby homosexual señala a los obispos más valientes en denunciar su totalitarismo.

por Gabriel Ariza 
El lobby homosexual señala, a la espera de que otro brazo ejecute.
Catorce obispos (uno de cada seis, dicen) señalados, como en el nazismo, por desviarse de los dogmas de lo políticamente correcto.


La última ocurrencia del totalitario lobby gay ha sido elaborar una lista de catorce obispos españoles, encabezada por Cañizares, que ellos consideran “homófobos”, por no plegarse a sus consignas totalitarias.



Y no crean que la lista está formada por gente que ha pedido la hoguera para los homosexuales, o les ha calificado de pervertidos enfermos, no: Basta haber denunciado la imposición de la ideología de género en las escuelas para formar parte de esta honorable fila de prelados.



A continuación, la lista.



1. Cardenal Antonio Cañizares, arzobispo de Valencia

2. Juan Antonio Reig Plá, obispo de Alcalá de Henares
3. Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas del Castillo, Obispo de Getafe
4. José Rico Pavés, Obispo Titular de Mentesa y Auxiliar de Getafe
5. Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba
6. Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla
7. Cardenal Fernando Sebastián
8. José Ignacio Munilla, obispo de San Sebastián
9. Cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo emérito de Madrid
10. Rafael Palmero, obispo emérito de Alicante-Orihuela
11. Casimiro López Llorente, obispo de Segorbe-Castellón
12. Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona
13. Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife
14. José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena


Para que ustedes entiendan lo absurdo y cerril de la elaboración de la lista, detengámonos uno por uno en los obispos para ver de qué crímenes se les acusa:



El primero, Antonio Cañizares. Tenemos todos reciente la polvareda levantada por el Cardenal (llegan a pedir tres años de cárcel para él) al denunciar la “escalada contra la familia de dirigentes políticos, el ‘imperio gay’ y ciertas ideologías feministas“. INFOVATICANA lleva años explicando en qué consiste esa escalada contra la familia y con qué leyes, promovidas por TODOS los partidos actualmente con representación, se quiere desmembrar la célula básica de la sociedad. Nihil novo.



El segundo, Juan Antonio Reig Pla. No les basta haber interpuesto varias querellas contra Reig Pla (alguna de ellas, de paso, contra este medio de comunicación) y ahora señalan, con la ayuda de algunos periodistas de opereta, la lista de los que no son afines a sus consignas totalitarias.El obispo de Alcalá es uno de los blancos preferidos de los insultos del colectivo familiófobo. Jesús Bastante miente en su crónica en eldiario.es y relata parcial y tendenciosamente las palabras que el prelado de Cocentaina dijo en su homilía de Viernes Santo en La2, cuando alertó sobre aquellas personas que, “llevadas por tantas ideologías”, acaban por “no orientar bien” la sexualidad humana y piensan “ya desde niños que tienen atracción por las personas de su misma sexo”. “A veces, para comprobarlo, se corrompen y se prostituyen, o van a clubs de hombres nocturnos. Os aseguro que encuentran el infierno. ¿Os pensáis que Dios es indiferente ante el sufrimiento de todos estos niños?”.



El tercero y el cuarto: Joaquín López de Andújar, obispo de Getafe, y su auxiliar, Rico Pavés. ¿La razón por la que está en tercera posición en este bochornoso ranking? Nos la descubre Jesús Bastante, biógrafo de Osoro, en su crónica cargada de falsedades y medias verdades en eldiario.es, y no es otra que haber respaldado la libertad de expresión de Cañizares y haber firmado la carta pastoral que, junto con Reig Pla, los obispos de Madrid (a excepción de Osoro, que se negó a leerla y mucho menos a firmarla probablemente para no salir nunca en una de estas listas y que evidentemente se ha librado de este “marrón”) escribieron para orientar a los fieles sobre la ominosa ley de transexualidad.



En quinta posición: Demetrio Fernández, obispo de Córdoba. Ya sabemos que no le perdonan que no haya cedido el uso de la Catedral para rituales islámicos, pero meterle en una lista de homófobos es pasarse siete pueblos. ¿su pecado? defender la vida y la familia siempre que puede y haberle recomendado a un transexual que reflexionara sobre su estilo de vida antes de pedir la Confirmación, un sacramento que no pedía por sí mismo sino “porque le hacía ilusión poder ser padrino de su sobrina” y el paso previo era “pasar por la Confirmación”.



Sexto: Juan José Asenjo, arzobispo de Sevilla. ¿Su pecado? Prohibir que los locales de una iglesia hispalense se utilizaran para un evento de promoción del lobby gay.



Séptimo: Fernando Sebastián, por pronunciar las palabras prohibidas sobre la homosexualidad:



“Una cosa es manifestar acogida y afecto a una persona homosexual y otra, justificar moralmente el ejercicio de la homosexualidad.”



Octavo: José Ignacio Munilla. Sobran las palabras, cualquiera que conozca al obispo donostiarra o escuche su programa “Sexto Continente” en Radio María sabe que Munilla puede ser cualquier cosa menos homófobo, en el sentido de odiar a las personas por su orientación sexual, y que por su claridad al explicar las verdades de la fe estará siempre en las listas elaboradas por los enemigos de la Iglesia.



Noveno: Rouco Varela. No se nos puede acusar de “rouquistas” a quienes fuimos los primeros en denunciar el ático al que se mudaba o que hemos criticado tantas veces su proximidad al Partido Popular, pero no cabe acusar de homófobo a Rouco, como hace el biógrafo de Osoro, por decir que “”el matrimonio gay es la rebeldía del hombre contra sus límites biológicos”.



Décimo: Rafael Palmero, obispo emérito de Orihuela-Alicante. ¿Su crimen? Decir lo que dijo la psiquiatría durante décadas: Que la homosexualidad normalmente es una enfermedad.



Undécimo: Casimiro López Llorente, obispo de Castellón, por denunciar que el ambiente de una pareja homosexual no es el propicio para el desarrollo normal de un niño.



Duodécimo: Jaume Pujol, arzobispo de Tarragona, por decir, diferenciando entre “lo que son las personas y sus comportamientos”, que los actos homosexuales no son buenos, algo que dice el catecismo de la Iglesia Católica, que los califica de “intrínsecamente desordenados”.



Decimotercero: Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife, por recordar, como Sebastián o Palmero, que “no es políticamente correcto decir que es una enfermedad, una carencia, una deformación de la naturaleza propia del ser humano. Eso que decía cualquier diccionario de Psiquiatría diez años atrás, hoy no se puede decir”



Decimocuarto: José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena, por apostar por el modelo de familia estable frente a las aberraciones tribales propuestas por alguna estrafalaria diputada catalana.



Visto el criterio del lobby gay para elaborar esta lista, sería razonable que los obispos españoles que no aparecen en ella se solidarizaran con los que sí lo hacen e incluso pidieran su inclusión en ella, porque parece demostrado que ninguno de los obispos es culpable de “homofobia”, entendiendo ésta como el odio a las personas homosexuales, sino la sola defensa de la familia, del hombre y de la doctrina de la Iglesia frente a los ataques totalitarios del lobby gay.



InfoCatólica (16/6/16)