viernes, 20 de mayo de 2016

Baja natalidad en España: Empiezan a cerrar aulas.


Nadie se atreve a afrontar este gravísimo problema.
por  Salvador Aragonés. 
La baja natalidad en España, paralela también a varios países europeos como Italia, provoca el cierre de centenares de aulas en el próximo curso en Educación Infantil (de 3 a 5 años).
España sigue a la cola en la tasa de fertilidad europea, con 1,32 hijos por mujer frente a la media europea de 1,58 hijos, según el último estudio publicado por Eurostat, el centro de datos estadísticos de Europa, de 2016.
España, como todos los 28 países de la Unión Europea, está lejos de alcanzar la tasa de reemplazo (2,1 hijos por mujer), la cifra mínima necesaria para que una población no disminuya.
Una civilización sin reemplazo carece de un estímulo para ser más y tendrá que basarse en la inmigración para cubrir sus carencias poblacionales, a falta de unas políticas de mayor protección a las familias y a la natalidad.
Lo más grave de las cifras de natalidad es que a pesar de tratarse de unas cifras frías, realmente afectan a la economía, al empleo, a la educación, a los servicios sociales, a las pensiones y al futuro de un país, donde cada vez habrá más viejos, más pensionistas, y menos cotizantes a la Seguridad Social: afectará a todo el estado de bienestar.
Nadie se atreve a afrontar este gravísimo problema de cara a unas elecciones, porque nadie sabe o no quiere saber cuál es la solución.
Un informe de la CEOE, confederación de empresarios, alerta que en 2025 podría haber tres jubilados por cada cuatro cotizantes a la Seguridad Social. Los datos recogen las cifras dadas por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En España se han realizado las pre-inscripciones para el próximo curso escolar y en las enseñanzas obligatorias (Primaria y Secundaria) e Infantil (de 3 a 5 años) se observa que la bajada de natalidad comporta una bajada de las matrículas en Infantil, concretamente en el primer curso P3 (tres años).
Esta baja natalidad repercutirá en Enseñanza Primaria dentro de dos y tres años. El problema que plantea esta situación es que deberán cerrarse centenares de aulas de Infantil el próximo curso, con la consiguiente repercusión en las profesoras y en las economías de los centros.
Los centros que solo tengan una aula (una línea) en P3 con insuficientes alumnos, deberá cerrar sus enseñanzas de Educación Infantil, y lo más grave es que en dos o tres años repercutirá también en Educación Primaria, en que habrá que cerrar aulas en este ciclo educativo.
Esto se observa más agudamente en algunas autonomías como Cataluña y Valencia.
Al ritmo que va la natalidad no se ven fórmulas alternativas al cierre de aulas y, tal vez, de colegios en los próximos cursos.
No sería la primera vez, pero la gravedad del problema es que sin niños no hay escuelas, disminuyen los asalariados y las prestaciones sociales se agotan, especialmente las pensiones.
Paralelamente, según el Real Instituto Elcano, la esperanza de vida aumenta y seguirá aumentando.
Tomando periodos más amplios de tiempo, no parece que la caída demográfica, causada ahora por la crisis económica que empezó en 2008, vaya a durar mucho tiempo.
“El futuro de la población española no será tan negro como pinta esta proyección del Instituto Nacional de Estadística (INE), pero eso no debe ocultar el hecho de que la natalidad española es excesivamente baja y que su fomento debería constituir una prioridad para el Estado”, afirma Carmen González del mencionado Instituto.
He aquí, pues, que la crisis de natalidad afecta a todo un país, a toda la economía de un país y, sobre todo, al estado de bienestar de un país.
Si de cada cinco cotizantes a la seguridad social cuatro son pensionistas, el sistema de cobertura social de pensiones (contributivas, no contributivas, de vejez, de incapacidad, etc.) resultará insostenible.
Las bajas matrículas en Educación Infantil tienen difícil solución. Los sindicatos quieren resolver este problema reduciendo el número de alumnos por aula y así no tener que cerrar aulas y mantener los puestos de trabajo de los profesores (en este caso profesoras).
Pero esto no solamente puede ser antieconómico, sino lo que es más importante: es antieducativo, con pocos alumnos por aula.
Pasa como en las empresas: si hay menos clientes hay que cerrar una parte de la producción y para ello hay que tener una legislación suficientemente moderna para agilizar las plantillas.
Otra preocupación del cierre de aulas es la zonificación de los alumnos. El establecimiento de la población joven y nueva no está hoy en el dentro de las ciudades, por lo que la oferta educativa debe acomodarse a las evoluciones de la población: deben cerrarse escuelas donde no hay demanda y abrirse en lugares con mayor demanda.
Es el caso de Cataluña, donde se prevé cerrar 54 grupos públicos y 60 privados y crear 63 nuevas aulas para acercar a las familias la oferta educativa en Infantil.


Aleteia   (19 mayo, 2016)