martes, 19 de enero de 2016

Fin de semana especialmente sangriento en Siria: la masacre que no cesa.


Nuevos raptos y asesinatos en masa por parte del ISIS, mientras varias ciudades siguen bombardeadas y sin alimentos.



85 personas según los observadores internacionales, unas 300 según fuentes del gobierno sirio, han sido asesinadas por el Estado Islámico en las afueras de Deir Ezzor este fin de semana, quienes han llevado a cabo un rapto masivo de civiles, en su mayoría ancianos, mujeres y niños.

Por la otra parte, los continuos bombardeos sobre Raqqa han provocado también decenas de víctimas (unas cuarenta, según algunas fuentes), muchas de ellas niños.

La ONU y las agencias de ayuda católica han alertado sobre la situación extrema de varias ciudades asediadas por ambos bandos, como Madaya (de la que ya informamos en Aleteia), en la que la población civil está muriendo de hambre. Naciones Unidas ha advertido a ambos contendientes que no dejar entrar a los convoyes humanitarios constituye un crimen contra la humanidad.

Son las noticias estremecedoras que llegan desde Siria este fin de semana particularmente sangriento en los cinco años de guerra que asolan el país. Según algunos analistas, el ISIS estaría perdiendo posiciones en Siria e Irak, y estaría lanzándose a una estrategia de “guerra total” y de sangrientas acciones de represión interna para contener sus filas.

También hay noticias esperanzadoras: Fides informaba el pasado 15 de enero de la liberación de dieciséis rehenes cristianos, que fueron raptados en una de las incursiones del ISIS por las aldeas cristianas de la zona del rio Khabur, el pasado mes de febrero. De los 250 rehenes raptados, y tras varias liberaciones sucesivas en los últimos meses, aún permanecen en poder del ISIS unas 70 personas.

  Aleteia Team (18/1/16)