sábado, 2 de enero de 2016

Combatir la anticoncepción para combatir la sexolatría y el aborto.


por Alonso Gracián

1.- El uso de anticonceptivos en matrimonios creyentes ha sido el mal de uso tópico que ha echado a perder gran parte de las últimas generaciones de católicos.


2.- Un año de Misericordia es bueno para las madres y los padres que sufren las consecuencias de un matrimonio herido por la anticoncepción. Lo necesitan como agua para vivir. Es un año de sanación. Gloria a Dios y gracias al Santo Padre Francisco.
3.- La anticoncepción tienta con sexolatría: es virus que inocula el diablo.
4.- Síntomas de culto al Eros es el impudor, el uso sistemático de anticonceptivos, el aborto.
 5.- La anticoncepción es el vestíbulo del adulterio y la primera planta del aborto.

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6.- La anticoncepción es el cuchillo con que la cultura de la muerte corta en canal el matrimonio.
7.- Con la contracepción los esposos prostituyen su matrimonio y profanan su vida conyugal.
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8.- Atiende: Cristo fue nasciturus. Por eso el mundo anticristiano idolatra el aborto.
9.- Combatir la sexolatría es combatir la cultura de la muerte.
10.- La sexolatría es parte de la cultura de la muerte. Hay que luchar contra ella, porque es responsable, también, del culto al aborto en pos de la adoración a Eros.
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11.- Oremos por tantos inocentes sacrificados en el altar donde se da a Eros un culto idolátrico.
12.- Cuando la mujer queda embarazada, algo en su interior le dice que hay alguien que, de pronto, y desde dentro, toma soberanía en su vida, y se hace fuerte en su alma, y que ella de alguna forma le obedece para servirle en amor de madre.
Y esa soberanía participada es una realidad odiada por el pensamiento autónomo de la mente contemporánea, que quiere, ante todo, tener poder, sobre el cuerpo y sobre el alma y la propia vida en general. Por eso la sociedad actual idolatra el aborto.
13.- El aborto conjura la realidad y quiere dominarla drástica y absolutamente. Por eso es producto de la voluntad de poder.
14.- La sociedad huérfana anclada en lo ideal, idolatra la orfandad de padre y madre, y la substituye por progenitores ideales y abstractos. Odiando la maternidad y la paternidad, ataca realidades fundantes de realidad, realidades de carne y hueso. Por eso idolatra el aborto, que es la apoteosis de la IDEA transmutada en pura voluntad.
15.- La sociedad del feísmo odia la belleza esplendorosa de un ser humano en el vientre materno. Y ante todo, odia la belleza de Cristo-Nasciturus. Por eso idolatra el aborto.
16.- La Humanae vitae fue profética en muchos sentidos, especialmente en denunciar la instrumentalización de la mujer que produciría el uso de anticonceptivos.
17.- La decadencia del matrimonio coincide con la negativa a abrirse a la vida. Por eso anticoncepción y aborto van juntas en la misma crisis de la familia.
18.- Es por su esencia, que el amor conyugal tiende a la procreación, se corona en el horizonte de la fecundidad, se perfecciona en su naturaleza propia abriéndose plenamente a la vida.
CATECISMO 1652 “Por su naturaleza misma, la institución misma del matrimonio y el amor conyugal están ordenados a la procreación y a la educación de la prole y con ellas son coronados como su culminación” (GS 48,1)
Por eso, la razón del NO a la anticoncepción por parte de la Iglesia NO es por una simple norma, en sentido nominalista. Sino que emana de la propia naturaleza del matrimonio y de la unión conyugal.

19.- De la profética Humanae Vitae:
Graves consecuencias de los métodos de regulación artificial de la natalidad:
«17. Los hombres rectos podrán convencerse todavía de la consistencia de la doctrina de la Iglesia en este campo si reflexionan sobre las consecuencias de los métodos de la regulación artificial de la natalidad. Consideren, antes que nada, el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la DEGRADACIÓN general de la moralidad. (…)
«Podría también temerse que el hombre, habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas, acabase por perder el respeto a la mujer y, sin preocuparse más de su equilibrio físico y psicológico, llegase a considerarla como SIMPLE INSTRUMENTO DE GOCE  egoísta y no como a compañera, respetada y amada.»
y 20.- Anticoncepción y aborto, relacionados. Evangelium vitae:
«Se afirma con frecuencia que la anticoncepción, segura y asequible a todos, es el remedio más eficaz contra el aborto. Se acusa además a la Iglesia católica de favorecer de hecho el aborto al continuar obstinadamente enseñando la ilicitud moral de la anticoncepción. La objeción, mirándolo bien, se revela en realidad falaz. En efecto, puede ser que muchos recurran a los anticonceptivos incluso para evitar después la tentación del aborto. Pero los contravalores inherentes a la « mentalidad anticonceptiva » —bien diversa del ejercicio responsable de la paternidad y maternidad, respetando el significado pleno del acto conyugal— son tales que hacen precisamente más fuerte esta tentación, ante la eventual concepción de una vida no deseada.
«De hecho, la cultura abortista está particularmente desarrollada justo en los ambientes que rechazan la enseñanza de la Iglesia sobre la anticoncepción. Es cierto que anticoncepción y aborto, desde el punto de vista moral, son males específicamente distintos: la primera contradice la verdad plena del acto sexual como expresión propia del amor conyugal, el segundo destruye la vida de un ser humano; la anticoncepción se opone a la virtud de la castidad matrimonial, el aborto se opone a la virtud de la justicia y viola directamente el precepto divino « no matarás ». 
«A pesar de su diversa naturaleza y peso moral, muy a menudo están íntimamente relacionados, como frutos de una misma planta. Es cierto que no faltan casos en los que se llega a la anticoncepción y al mismo aborto bajo la presión de múltiples dificultades existenciales, que sin embargo nunca pueden eximir del esfuerzo por observar plenamente la Ley de Dios. Pero en muchísimos otros casos estas prácticas tienen sus raíces en una MENTALIDAD HEDONISTA E IRRESPONSABLE ANTE LA SEXUALIDAD, y presuponen un concepto egoísta de libertad que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad. Así, la vida que podría brotar del encuentro sexual se convierte en enemigo a evitar absolutamente, y el aborto en la única respuesta posible frente a una anticoncepción frustrada.»
AÑADIMIENTO
El esplendor de la castidad es amalgama de Cristo para los esposos cristianos. Garantía de fidelidad, con el auxilio de la gracia, la sacramental y la actual, que no ha de faltar si se pide.
La castidad es fácil, si hay socorro de Dios y sabia vigilancia.
Es la virtud de la fidelidad, el signo de la indisolubilidad, el horizonte abierto de la vida y la belleza de Cristo en el amor cristiano.
Por eso, amigo mío:
Combate la sexolatría, que suscita voluntades de anticoncepción.
Combate la anticoncepción, que suscita cultura del aborto.
Y si eres provida de vocación, combate la cultura anticonceptiva.
NO ha de faltar la ayuda de Cristo-Nasciturus, viviente en María.
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Para reflexionar y obtener buen criterio y doctrina sobre este tema importantísimo, a la luz del momento eclesial presente, son fundamentales estos dos post del P. José María Iraburu:
 (346) Sínodo 2015. Relatio final 62-63: la anticoncepción sigue (I)
y (347) Sínodo 2015. Relatio final 62-63: la anticoncepción sigue y prosigue (y II)
Igualmente necesarios son los posts sobre el EVANGELIO DEL PUDOR:
El pudor I
El pudor II
y El pudor III

InfoCatólica (blog La Mirada en perspectiva, 30/12/15)