miércoles, 17 de diciembre de 2014

Organismo de la ONU dice que el sexo y las drogas no son tan malos para los jóvenes.

por  Rebecca Oas
Hay más jóvenes en el mundo ahora que nunca antes. Según el último informe del Fondo de Población de la ONU (UNFPA, por sus siglas en inglés), esto representa una oportunidad sin precedentes para el progreso, pero solo si las generaciones futuras son más reducidas.
La receta del UNFPA para garantizar un «dividendo demográfico» incluye el aborto disponible de forma gratuita para los adolescentes, la supresión de la edad de libre consentimiento, de las leyes contra las drogas y la prostitución, y que se disminuya la participación de los padres en la formación sexual de sus hijos.
«[L]os jóvenes requieren un amplio abanico de servicios de salud sexual y reproductiva, incluidos los destinados a... realizar abortos en condiciones seguras», afirma el Estado de la Población Mundial 2014, publicado el jueves. Según el UNFPA, los sistemas jurídicos de la mayoría de los países han quedado a la zaga respecto de los compromisos asumidos en tratados internacionales de derechos humanos, y «esos marcos no se corresponden con las realidades de los adolescentes y los jóvenes».
Ningún tratado de la ONU menciona el aborto ni obliga a los países a hacer que los jóvenes sean vulnerables frente a los adultos que ofrecen servicios sexuales y reproductivos.
De interés especial para el UNFPA son las leyes de edad de consentimiento que exigen la autorización de los padres para el acceso al aborto, los anticonceptivos u otros servicios como programas de intercambio de agujas para los consumidores de drogas.
«[Las] leyes de edad mínima de libre consentimiento contradicen la idea de que los jóvenes deben participar en las decisiones que les atañen de conformidad con la evolución de sus capacidades», sostiene el informe, equiparando la participación en la toma de decisiones con el control unilateral.
El UNFPA asimismo critica las leyes contrarias a «las relaciones entre personas del mismo sexo, el consumo de drogas y la venta de sexo o el trabajo sexual», debido a que «son particularmente dañinos para los jóvenes que pretenden gozar de su salud sexual y reproductiva y ejercer sus derechos reproductivos».
En el mejor de los casos, los padres deberían ser la fuente primaria de información y asesoramiento en materia de sexualidad, reconoce el informe, pero esto «no se da como debería». Según el UNFPA, a menudo los padres «no saben cómo hablarle a sus hijos sobre el tema».
El informe plantea que podrían influenciarse cambios de conducta positivos entre la gente joven «a través de intervenciones políticas, por ejemplo las que suavizan las restricciones etarias o dependientes del consentimiento paterno para el acceso de los adolescentes a los servicios».
Aunque el interés principal del Fondo de Población es poner un freno al crecimiento de la población, su énfasis en los jóvenes está inmerso en el lenguaje de los derechos humanos, maximizar el potencial y eliminar los obstáculos al éxito. Los jóvenes no solo son el objetivo del abordaje, sino que también se los adiestra para ser sus principales defensores. Eso implica darles mensajes que no están escuchando en casa o en sus propias comunidades.
No obstante, la premisa de que la reducción de la fertilidad de los países en desarrollo los catapultará a la prosperidad es cuestionable. Los países con niveles bajos de fecundidad y poblaciones ancianas en aumento enfrentan una carga financiera cada vez mayor, ya que los hijos dependientes provocan menos gastos que las personas mayores dependientes.
Los economistas han advertido que la disminución de la fertilidad tiende a seguir, en vez de preceder, al incremento de la prosperidad económica, motivo por el cual el «dividendo demográfico» se presentó más pronunciado en Asia que en América Latina u otras regiones en desarrollo.
Mientras que el informe reconoce que el estancamiento económico y la falta de educación u oportunidades laborales frenan el avance de los jóvenes, su interés principal es que la pobreza puede ser un poderoso obstáculo «para obtener lo necesario para que puedan gozar de salud sexual y reproductiva y ejercer sus derechos reproductivos».
En suma, el informe del Fondo de Población afirma que la clave para el desarrollo es garantizar que la conducta sexual de los adolescentes no sea supervisada, que sea irrestricta, que se la financie con dinero público, y, sobre todo, que no sea procreadora. El UNFPA postula que la imposición de la anarquía sexual en los jóvenes garantizará su bienestar y el del mundo entero.


*Rebecca Oas | Del Catholic Family and Human Rights Institute.

 (NUEVA YORK, 21 de noviembre de 2014.)


Traducido por Luciana María Palazzo de Castellano



Análisis y Actualidad (Año IX, número 1 (326) | servicio del 2 al 15 de diciembre de 2014)