¿Por qué motivo Uds. creen que nunca -en toda la historia de la humanidad- se ha visto como ahora, tan combatida la sola idea de Familia -hombre, mujer e hijos? Porque representa el último espacio de libertad absoluta para crecimiento y realización del hombre. Julio César Alfonso
domingo, 10 de mayo de 2020
Relatos de cuarentena salvaje
De los autores del aún dormido Sin Doblez llega para ustedes…Relatos de cuarentena salvaje
1. Berlín 2023
«Siehste?»– Preguntó Hans, asombrado, a su hermanita Gretel. Habían salido a jugar, como siempre, a la plaza. Cuando llegaron, unos soldados se les habían adelantado.
Hans les preguntó qué hacían y los soldados le respondieron que estaban jugando con una cuerda de alambre. A Hans le regalaron unos caramelos y a Greta un chocolatín.
Al día siguiente volvieron al mismo lugar para jugar como siempre lo hacían, con la esperanza de que les den más golosinas. Pero no estaban los mismos soldados, había otros. La cuerda de alambre que habían tendido los soldados de ayer era inmeeeensa y se perdía de vista en la lejanía; estos otros soldados estaban trabajando con ladrillos y cemento. Cuando Greta les preguntó qué hacían le respondieron que había gente muy mala que les quería hacer daño a ella, a su hermanito, a sus padres y a todas las familias del pueblito, y que ellos, los soldados, estaban haciendo una pared para que los malos no pudieran pasar. Ellos los cuidaban.
Y así fue cómo los cuidaron encerrándolos durante treinta años por orden de la autoridad estatal que descargaba con particular tenacidad dictatorial su mecanismo de represión contra todo aquel que se resistiera a ser cuidado.
* * *
Ah, ¿el título? No, cierto, fue un error. Me equivoqué de fecha y de lugar. Esto ocurrió solamente en Berlín de postguerra: no pasó, ni pasa, ni pasará nunca. Porque ya no hay más proyecto alguno coercitivo para controlar una población: no una ciudad, no un país, tampoco el mundo entero. Esos son delirios conspiracionistas.
Y el que puede entender, que empiece a cortar alambres.
2. El viejo de la bolsa
Había pasado poco tiempo desde el comienzo de la cuarentena y los papás ya no sabían de qué hablar en la mesa. Así fue que decidieron desempolvar recuerdos de infancia.
«Noooo, era increíble…»– contaba el papá ante la mirada asombrada de sus tres hijitos, dos nenes y una nena, mientras saboreaban un delicioso flan casero con dulce de leche.
La mamá añadió: «Pero sí, era así, tal cual. ¡Cuando éramos chiquitos nos creíamos cada cosa! Por ejemplo, para que comiéramos todo lo que había en el plato, nos decían: “mirá que si no comés, voy a llamar al ‘viejo de la bolsa’… eh?!”. El “viejo de la bolsa” venía y “te llevaba”, terminabas desapareciendo para siempre, muriendo… ¡Y nosotros nos creíamos eso!».
«¿Quién era el “viejo de la bolsa”»– preguntó Laurita.
«Naadaaa, era un cuento que nos metían, simplemente para que fuéramos obedientes e hiciéramos lo que nos decían»– respondió el papá, al mismo tiempo que tomaba el control remoto y encendía el plasma. «Pero no nos dábamos cuenta –siguió–… ¡y pensar que era tan fácil! Al “viejo de la bolsa” nadie lo había visto, nunca, en ningún lado. Bastaba pensar un poco para darse cuenta de que te estaban verseando, por más que todos repitieran la misma historia».
Mientras proponía esta reflexión, comenzaba el noticiero. Nuevas, o viejas, noticias sobre el corona-virus. Laurita, la más pequeña, que escuchaba todo con suma atención, preguntó qué era el corona-virus.
«Es una cosa chiquitita, muuuuuy chiquitita –respondió la mamá– que no se puede ver pero que es muy peligrosa. Si te agarra, te tienen que llevar al hospital, te quedás bien lejos soola, soooola, sooooola y te podés morir. Por eso hay que cuidarse, no hay que salir a jugar a la calle, ni nada de eso».
«¡Ah! –respondió Laurita–, ya entendí: ¡como el viejo de la bolsa!».
mayo 10, 2020 Que No Te La Cuenten