viernes, 17 de enero de 2014

La 'Mano de Dios' y la ‘Partícula de Dios’: ¿demostraciones de su existencia o “regalos” de Él?

¿Por qué la divulgación científica tiene tanto interés en aproximar sus descubrimientos al concepto de Dios? Una aclaración teológica: son consecuencias de su existencia, no su existencia misma.
La NASA ha hallado recientemente, gracias a su telescopio espacial de rayos X NuSTAR, lo que se ha resuelto en llamar la “Mano de Dios”.La imagen, ciertamente, se presta a la fabulación: unos dedos verdes -con el dedo gordo perfectamente distinguible del índice, el anular y el corazón- rozan una nube rojiza ubicada a unos 17.000 años luz de la Tierra.
Científicamente hablando, la mano sería producto de la explosión de una estrella en una supernova y la posterior expulsión de una enorme nube de materia cósmica, visible en la zona azul de la imagen, según explica la agencia espacial estadounidense, citada por el portal Space.

Es curioso observar como los descubrimientos científicos son dados a querer aproximarse al concepto de Dios y su existencia, aunque sea en la nomenclatura popular con la que trascienden a los medios. En 2012, por ejemplo el descubrimiento científico de la existencia del bosón de Higgs trascendió en los medios como “la partícula de Dios”. El descubrimiento en cuestión confirmaba la teoría propuesta por un grupo de científicos encabezados por Petter Higgs en 1964.

La pregunta que surge es por qué la ciencia tiene tanto interés de encontrar a Dios mismo en la creación, y fantasea con ello. La realidad es que estos descubrimientos, desde una perspectiva católica no son Dios mismo sino la consecuencia de la existencia del Dios creador que los creó.


Cuando se descubrió el bosón de Higgs el sacerdote jesuita Guy Consolmagno, astrónomo y portavoz del Observatorio Vaticano, tuvo que señalar que, a pesar de que no tiene directa relación con la teología o la revelación, el descubrimiento científico llamado por algunos como "la partícula de Dios" es un logro importante.

El sacerdote jesuita aclaró que el descubrimiento, a pesar de su apodo, "no tiene nada que ver con teología o con Dios", en ningún sentido directo. "El nombre ‘la partícula de Dios’ fue dado por Leon Lederman como una broma", recordó el astrónomo del Vaticano. "Era básicamente un título provocativo para un libro que él estaba escribiendo sobre física de partículas".

El P. Consolmagno señaló que Lederman "dijo que si hubiera una partícula que podría existir, que pueda explicar todas las pequeñas cosas que queríamos explicar, eso sería un regalo de Dios. Es una metáfora y no tiene nada que ver con la teología".


La "Mano de Dios”, una imagen preciosa de la Creación

"La 'Mano de Dios' es una nebulosa que se encuentra a 17.000 años luz de distancia de la Tierra", según explicó el Observatorio de rayos-X Chandra de la NASA, que además indicó que las imágenes de las partes verdes y rojas de este cuerpo celeste se lograron capturar gracias a la utilización de rayos-X de baja energía.

Se cree que la iluminación captada por los rayos X es el resultado de la interacción del material expulsado tras la explosión de la estrella con los campos magnéticos cercanos. Sin embargo, los científicos de la NASA no están seguros de si el material expulsado de hecho ha tomado la forma de una mano o de si su interacción con las partículas del púlsar de una nebulosa de viento hace que se vea de esa forma.

"No sabemos si la forma de la mano es una ilusión óptica, pero con NuStar [telescopio espectroscópico de gama nuclear, por sus siglas en inglés] la mano se ve más como un puño, lo que nos está dando algunas pistas", indicaron los investigadores.

Los investigadores esperan que la Mano de Dios ayude a proporcionar muchos más detalles sobre el fenómeno de los agujeros negros y la forma en que "crecen e interactúan con las galaxias".