martes, 7 de febrero de 2012

La crisis y el miedo a perder el trabajo aplaza la maternidad y eleva el número de abortos

Asalariada, sin hijos y con estudios secundarios es el perfil más repetido de las pontevedresas que optan por no seguir adelante con la gestación.
B. MÁRQUEZ - PONTEVEDRA Galicia registra una media de diez interrupciones voluntarias de embarazo (IVE) al día. Un total de 3.513 en el último año registrado (2010). Algo más de tres se practican en la provincia de Pontevedra. Los datos cruzados del Servicio Galego de Saúde (Sergas) y el Ministerio de Sanidad permiten constatar un repunte significativo de abortos en el año 2009 –en el caso de la provincia pasan de 944 a 1.172, un 24% más– y desde entonces se mantiene una línea ascendente que distintos colectivos de mujeres y sindicatos vinculan directamente a la crisis económica y de manera especial al miedo de las mujeres a perder el empleo, a día de hoy un bien escaso, o a frustrar posibles contrataciones por el embarazo.
"No seamos hipócritas, a los empresarios no les gustan las embarazadas" recalca Rosalía López, de 34 años, a quien no le renovaron su contrato cuando estaba en el cuarto mes de gestación. "Me dijeron que, como mi marido trabaja (es autónomo) y yo tenía derecho al paro, que disfrutase de mis hijos" recuerda con cierta amargura sosteniendo a su bebé de siete meses en los brazos y su hijo mayor, de cinco años, al lado.
Al contrario que Rosalía otras muchas mujeres, en una decisión personal y respaldada o no por su pareja o familia, deciden abortar por razones laborales, máxime en un momento en el que el empleo es un bien cada vez más escaso. Con la ley de salud sexual, reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo del 2010 (Ley orgánica 2/2010) todavía vigente las mujeres no tienen que dar explicaciones ni justificar ante terceros el porqué de su elección siempre que interrumpan el embarazo antes de las catorce semanas de gestación. La situación cambiará en breve con la modificación anunciada por el ministro de Justicia con la ley de plazos socialista será anulada para regresar a la legislación de 1985 que solo permite abortar en tres supuestos: violación, grave riesgo para la vida o la salud psíquica de la embarazada o por graves taras físicas o psíquicas del feto.
Los datos biográficos que constan en las últimas estadísticas oficiales de IVE permiten dibujar el siguiente perfil de las mujeres que interrumpieron de manera voluntaria su embarazo en la provincia: soltera (con o sin pareja), de nacionalidad española, trabajadora por cuenta ajena (asalariada), de entre 20 y 29 años, sin hijos en el 53% de los casos, con estudios medios y residente en una localidad de más de 10.000 habitantes. En casi el 75% de las interrupciones fue el primer aborto y la intervención, realizada en una clínica privada y en régimen ambulatorio, se hizo en las ocho primeras semanas de gestación.
Aunque el perfil tipo es el mayoritario, las estadísticas del IVE recoge hasta cerca de un 30% de casadas entre las mujeres que abortaron en la provincia y alrededor de un 20% de casos en el que no era la primera interrupción voluntaria del embarazo practicada.
Asimismo y a pesar de cerca del 70% de las que mujeres que decidieron no seguir adelante con la gestación eran trabajadoras asalariadas (en activo o en paro), un 20% fueron estudiantes.

foto arriba: Concentración de mujeres en defensa de una ley del aborto de plazos. // Efe

farodevigo.es » Portada de Pontevedra 06-02-2012