27 de julio 2011 (Notifam) – A la vez que los medios de comunicación corrientes intentaban presentar a Anders Behring Breivik, el terrorista bombardero y tirador que mató a 76 personas en la ciudad de Oslo en Noruega la semana pasada, como “un cristiano fundamentalista”, ha quedado revelado, según un documento de 1.500 páginas escrito por él, que, no sólo que él no se consideraba como un cristiano creyente, sino que era masón,
que sostenía el punto de vista anti-cristiano favorecedor del aborto de los bebés discapacitados, y de que también pagó por una prostituta previo a las matanzas devastadoras que llevó a cabo.
que sostenía el punto de vista anti-cristiano favorecedor del aborto de los bebés discapacitados, y de que también pagó por una prostituta previo a las matanzas devastadoras que llevó a cabo.
Al horrible número de víctimas mortales y de los monstruosos métodos utilizados por Breivik para su locura matanza, le han seguido unos intentos injuriosos de presentarlo como un cristiano conservador, lo cual es una caracterización que tiene el potencial de desembocar en una reacción violenta en contra de los fieles cristianos en Europa y en otras partes del mundo.
Sin embargo, el manifiesto de 1,500 páginas en inglés de Breivik presenta a un hombre lleno de odio y confundido, con poca o nada de una fe religiosa personal, quien sostenía unos puntos de vista extraños y contradictorios, que la mayoría de los cristianos considerarían que son aborrecibles, aún cuando sostenía algunos puntos de vista en común con ellos.
De importancia para los defensores de la vida, es que Breivik dice que él apoya el aborto en los casos de violación, y “si el bebé sufre de discapacidades mentales o físicas” (página 1179). Breivik también comenta que él pagó por una prostituta una semana antes de llevar a cabo su “misión” (página 1424). Además, él se identifica como un masón (página 1369).
Al comentar sobre su propia fe, Breivik explica lo siguiente:
“En cuanto a mi relación personal con Dios, me imagino que yo no soy un hombre excesivamente religioso. Yo soy, en primer lugar y ante todo, un hombre que favorece la lógica. Sin embargo, yo apoyo que haya una sola cultura cristiana en Europa. Si usted tiene una relación personal con Jesucristo y con Dios, entonces usted es un cristiano religioso. Tanto yo, y muchos otros igual que yo, no tenemos necesariamente una relación personal con Jesucristo y con Dios. Pero sí creemos en el cristianismo como una plataforma cultural, social, de identidad y de moral. Eso nos hace cristianos.”
Michael Coren, un comentarista católico y personalidad mediática, hizo la siguiente observación:
“Ninguna persona inteligente, y ciertamente ningún cristiano bien informado, consideraría esto como una declaración de un seguidor de Cristo, ni mucho menos de un seguidor fundamentalista. ¿Entonces por qué estas jactancias histéricas de que él era un cristiano? Obviamente, ello infla el globo de la propaganda y la mentira. Todo esto opera de modo distinto cuando ocurre un ataque islámico más – y, por cierto, el fin de semana pasado hubieron cuatro – y los medios de comunicación hacen todo lo posible para distanciar los asesinos del islam.”
Pero, ¿cuál es la mejor manera de responder a este empeño de sembrar miedo? Le dejo la última palabra un estimado colega quien ha sido injustamente acusado de sembrar el odio – el Dr. Michael Brown: (escrito en inglés) “Seamos nosotros, entonces, quienes nos llamamos cristianos conservadores, los que redoblemos nuestros esfuerzos para poner al descubierto la insensatez de estas falsas acusaciones, superando el mal con el bien, y el odio con el amor, dando muestra, de ese modo, de que verdaderamente somos los seguidores de Jesús.”
Para leer un análisis detallado en inglés del manifiesto, véase la cobertura realizada por Massimo Introvigne, el director del Centro de Estudios de las Nuevas Religiones.
Foto: Anders Behring Breivik vestido como masón.
Versión del original en inglés:
http://www.lifesitenews.com/blog/norway-shooter-supported-abortion-for-disabled-babies
Traducción del inglés por: Marlene Gillette-Ibern