por Hilary White
ROMA, 6 de Mayo 2011 (Notifam) – La decisión de la mayoría de las mujeres para atrasar los embarazos, a favor de los empleos y las carreras en el trabajo, son la causa principal de la crisis en la tasa de natalidad en Europa, según queda señalado en un informe de una organización internacional económica.
El informe halló que Italia atravesó por uno de los más grandes cambios, en cuanto al número de mujeres que formaron parte de la fuerza laboral de 1995 a 2009, el cual constituye cerca del 38 por ciento al 46 por ciento del sector demográfico de las mujeres.
Este aumento coincide con una caída en la tasa de natalidad, la cual ha dejado a Italia como uno de los países que envejece más rápidamente en Europa. La decisión de atrasar los embarazos, ha resultado en que muchas mujeres no tienen hijos. Cerca del 24 por ciento de las mujeres italianas nacidas en 1965 no tienen hijos, en comparación con el 10 por ciento de las mismas en Francia.
Como parte de su informe, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Organization for Economic Co-Operation and Development/OECD), una organización internacional económica compuesta por 34 países, puntualizó la crisis demográfica que se avecina en muchos países europeos.
En el informe, se lee que “casi ningún país miembro de la OECD cuenta con una tasa de fertilidad total que esté por encima de la tasa demográfica de reemplazo de dos niños por mujer”.
En estos países, son más las mujeres que dicen que ellas quieren “primero establecerse dentro del mercado laboral, antes que fundar una familia”. Ello ha elevado la edad promedio de mujeres que son madres, y tienen el efecto de presionar a las mujeres para que continúen ganando ingresos, aún cuando están criando sus hijos.
La tasa de natalidad italiana, que llegó a estar en su punto más bajo en 2004 con 1.23 niños nacidos por mujer, se elevó un poco en 2009, aproximadamente en un 1.32. No obstante, aunque la tasa de fertilidad de Italia está subiendo, todavía sigue muy por debajo, con la estadística de este año en 1.41 niños por mujer, lo cual es un dato que apunta hacia una disminución dramática de la población en el transcurso del tiempo.
De los 34 países que componen la OECD, Israel, Islandia, Nueva Zelandia, y Turquía, tienen una tasa de natalidad por encima de la tasa de reemplazo de 2.1 niños por mujer. México, Irlanda, y los Estados Unidos de América tienen unas tasas aproximadas, con un 2.08, 2.07, y 2.01, respectivamente.
Los datos nacionales recientes, muestran que un 25 por ciento de las mujeres italianas no tienen hijos, y otro 25 por ciento solamente tendrán un solo hijo. La región italiana de Liguria en el noroeste de Italia ahora cuenta con la más alta proporción de ancianos frente a jóvenes, y cerca del diez por ciento de sus escuelas han quedado cerradas desde 2000.
Los analistas sociales especulan que la baja tasa de natalidad italiana se debe a un número de causas, incluyendo una nueva mentalidad consumista, mediante la cual se sostiene que la adquisición de bienes es una meta social más importante que la familia.
Lejos de aceptar, de modo amplio, el modelo tradicional de las familias grandes y amenas, la sociedad italiana rápidamente se está convirtiendo en una compuesta por personas solteras y de parejas casadas donde ambos trabajan y tienen un solo hijo.
Las familias mantienen unidad entre sí, y los padres rutinariamente compran apartamentos o casas para sus hijos adultos, cerca del hogar de la familia. Pero los regalos caros, como los automóviles y los equipos electrónicos, son considerados como normativos, y se entiende que se hace imposible proveer dichos lujos para más de uno o dos hijos.
La bonanza económica de Italia, que comenzó en la década de los 1970, ha coincido con unas caídas en las tasas de natalidad. El informe de la OECD señala que, para los países en el sur de Europa, lo que incluye a Grecia, Italia, Portugal, y España, la tasa de natalidad cayó más temprano en 1970 – llegando a su nivel más bajo con 1.2 en 1994 – y en donde menos ha habido una recuperación.
Entre 1970 y 2008, dentro de la OECD, la edad promedio en que las mujeres tenían su primer hijo se elevó de 24 a 28. La edad promedio del primer nacimiento de un niño en la mujer era más elevada, estando solamente por debajo de los 30 años de edad, en Alemania, Italia, España y Suiza.