viernes, 18 de marzo de 2011

Promoción pública del aborto y otras prácticas privadas por medio de leyes permisivas

Por Sergio Ciotti* (para el Informador Público).

Actualmente es común encontrar en ámbitos públicos la promoción explícita de conductas privadas por el hecho de ser consideradas socialmente progresistas por grupos de homogéneos tintes ideológicos pero que por cierto influyen a un heterogéneo mapa social absorbiendo incluso a individuos de sectores considerados tradicionalmente opuestos a los mismos.

Tres temas coyunturales que quisiera analizar en el presente trabajo por su actual debate son el aborto, el consumo de drogas y la expansión de la diversidad sexual.

Por el momento no vamos a analizar si estas prácticas son buenas o malas, pero veremos cuál es la consecuencia que comparte en común al despenalizarlas o promoverlas con políticas públicas.

Comenzando con el tema de las drogas, en la actualidad coexisten distintas propuestas para despenalizar su tenencia y consumo. Por ejemplo, hace poco un fallo unánime de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina declaró inconstitucional un artículo del código penal que sancionaba la tenencia para su consumo personal. A esto se le suman algunos proyectos en la cámara de diputados de la Nación que intentan acompañar a este fallo, incluso con el aditivo de liberar el cultivo doméstico de marihuana.

Las leyes no sólo reglamentan situaciones comerciales, penales, laborales, civiles, etc. Sino que también tienen cierto sentido pedagógico sobre las conductas humanas, por lo cual orientarán al individuo hacia determinado comportamiento en cuanto a la conveniencia o no de su práctica. Un dato ejemplarizante de este razonamiento es el suministrado por el secretario de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico de Argentina, José Granero cuando hace pocos meses expresó su preocupación por el aumento del consumo de marihuana y cocaína en el país:

“Según las estadísticas oficiales, en 2001 un 3,6 por ciento de los estudiantes secundarios admitió que fumaba marihuana y un 44 por ciento consideraba que la percepción del riesgo era grave. Pasamos a la realidad que nos toca en el año 2009, en donde se aumentó al 8,4 por ciento de la población encuestada y disminuyó la percepción del riesgo a un 11,6 por ciento. Esto es parte también de la tolerancia social que tiene la sociedad argentina y en general en el mundo con la marihuana y con el alcohol”.

De este hecho se podría a priori inferir que cuánto más se promueve la tolerancia social por medio de políticas públicas o leyes de determinadas conductas, más prevalencia de la misma habrá.

Veamos ahora qué sucede con el tema del aborto. Para ello me remito al trabajo del jurista argentino Jorge Scala titulado: “Aborto: Desmitificando las cifras”. El autor termina concluyendo que: “cuando se despenaliza el aborto, éste se incrementa continuamente.”

Y no es para menos, porque según cifras citadas en ese mismo trabajo, en EE.UU., la cifra inicial de abortos “legales”, fue de 57.160 en el año 1967. En 1996, el número total de abortos fue de 1.504.790; es decir un crecimiento del 2.632,59% en treinta años.

En Gran Bretaña, la cifra inicial de abortos legales, corresponde a 1969, con 49.829. Esta práctica se había elevado a 185.415 durante el año 2004, lo cual implica un aumento del 272%, en sólo 35 años.

Por otro lado, en el caso de Polonia, se describe un marcado decaimiento en el número de abortos practicados cuando se pasó de una legislación muy permisiva de esta práctica a otra mucho más restrictiva.

Nuevamente constatamos cómo la legalización o la promoción de una determinada conducta conllevan a un aumento de su prevalencia.

Otro de los temas que a nuestros diputados y senadores les llevó más de catorce horas de debate en el recinto fue el de la legalización de los matrimonios homosexuales. Para este caso, sería oportuno consultar el trabajo de la psicóloga y sexóloga americana Trayce Hansen, titulado: “Legalizing Same-Sex Marriage Will Increase Prevalence of Homosexuality: Research Provides Significant Evidence”. En este trabajo, la autora rescata como idea principal que:

“La legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo es lo último en cuanto al apoyo social de la homosexualidad y resultará en más individuos viviendo un estilo de vida homosexual. Investigaciones extensivas de Suecia, Finlandia, Dinamarca y Estados Unidos revelan que la homosexualidad es principalmente inducida por factores del entorno. Específicamente, factores sociales y familiares, así como ambientes permisivos que afirman la homosexualidad, juegan un rol importante en el desarrollo de la homosexualidad (…) dado que varios estudios indican que la misma no está condicionada genéticamente.”

En cuanto a la valoración de cuánto se beneficia la sociedad con la promoción de este tipo de conductas, es importante hacerlo desde un punto de vista científico, para evitar discusiones ideológicas que podrían llevarnos años de debate. Donde hay ciencia no hay ideología, entonces no queda mucho por debatir si presentamos datos de esa índole.

Para el caso del consumo de marihuana, según informa el periódico CincoMetas dedicado a la lucha contra las drogas, es destacable que recientemente la Academia Nacional de Medicina de Francia ha emitido por tercera vez un dictamen especial sobre el uso del cannabis con fines terapéuticos. “Sus riesgos son más importantes que los beneficios” dijo el profesor Jacques-Louis Binet, secretario adjunto de esa entidad científica desde 1999. Ampliando, el mismo profesor explica cuáles son las consecuencias del consumo de marihuana:

“Los daños psicológicos principales consisten en deterioro de la memoria, la excitación, la atención, el desarrollo a largo plazo de trastornos de ansiedad, depresión, descompensación o empeoramiento de la esquizofrenia, la instigación a otras drogas. Por otra parte, el cannabis aumenta el riesgo de accidentes de tráfico y de trabajo y potencia los efectos del alcohol. Su principal daño físico se encuentra en una depresión de la inmunidad, la aparición de cáncer de pulmón y cabeza y cuello, infarto de miocardio, arteritis, pancreatitis. Además, fumar marihuana durante el embarazo es peligroso para el feto”.

En cuanto al aborto, el documento del jurista argentino ya mencionado, incluye una serie de citas bibliográficas que constatan serias consecuencias para la persona que decide acudir a esta práctica, entre ellas: físicas: perforación de útero, cáncer de mama y ovarios, desgarros cervicales, recién nacidos con discapacidades en posteriores embarazos, endometritis y dentro de las consecuencias psíquicas: intentos de suicidio, necesidad de tratamiento psicológico, disfunción sexual, abusos de alcohol, drogas y desórdenes alimenticios. Obviamente, además de todo esto, se elimina deliberadamente una vida humana. Este planteo no tiene que ver con ideas religiosas o conservadoras, simplemente la biología nos indica que desde el momento de la fecundación/concepción se produce un nuevo ser con una información genética distinta a la de sus progenitores.

Con respecto a las prácticas homosexuales, el 31/05/10, el diario Página12 publicaba un artículo titulado “En Harlem, el VIH tiene más registros que en África”. En él se indica que según un estudio, publicado en la revista New England Journal of Medicine el VIH “(…) ataca especialmente a determinados grupos: una de cada tres travestis, uno de cada diez hombres que tienen sexo con hombres lo sufren. (…) ciertas poblaciones son especialmente golpeadas: en Nueva York están infectados uno de cada cuarenta negros, uno de cada diez hombres que tienen sexo con hombres y uno de cada ocho usuarios de drogas inyectables; en Washington, uno de cada 16 hombres negros tiene VIH. En varias áreas urbanas, la prevalencia de VIH entre hombres que tienen sexo con hombres llega al 30 por ciento. En comparación, la prevalencia entre la población general es de 7,8 por ciento en Kenia y de 16,9 por ciento en Sudáfrica”.

Por otra parte, en marzo del mismo año, el Centro de Control de Enfermedades (Center For Disease Control) de Estados Unidos dedicó un artículo para analizar el “desproporcionado impacto del VIH y sífilis entre gays y bisexuales de USA”. En dicho estudio se certifica que:

“La tasa de nuevos diagnósticos de HIV entre hombres que practican la homosexualidad es más de 44 veces superior que de los otros hombres y 40 veces superior que de otras mujeres. (…) La tasa de sífilis entre hombres homosexuales es más de 46 veces que de otros hombres o más de 71 veces que de otras mujeres.”

Anteriormente, el 13 de mayo de 2008, The Washington Post se adelantaba a estos datos en un artículo titulado “Syphilis rates up on gay male sex”, que indicaba que según la Agencia Nacional de Salud Pública Americana, los casos de sífilis aumentaron un 76 por ciento con respecto al año 2000, atribuido principalmente a hombres que tienen sexo con otros hombres.



Conclusión

Se han analizado tres temas actuales en nuestro país: despenalización del aborto, de la tenencia de drogas y legalización de los matrimonios homosexuales.

En cada caso, según el análisis de los estudios presentados, la legalización de estas conductas o prácticas generaría un aumento de la prevalencia de las mismas.

Esto nos lleva a plantearnos cuánto se beneficia una sociedad que ha avanzado en materia legislativa o se encuentra pronta a hacerlo en estos tres temas.

* argentinosconvalores.blogspot.com